Asalto de película para robar cobre en la antigua Colortex

Un guión para una película de serie sobre grandes asaltos y robos en la que el objeto de la codicia no es el dinero ni las joyas sino un metal cada vez más preciado: el cobre. En este caso, lo singular es que los asaltantes (se supone que para realizar esta operación fue necesario el concurso de más de un individuo) no se emplearon en unas instalaciones abandonadas sino en una empresa en funcionamiento.

Los ladrones se han llevado una cantidad “importante”, tal y como se reconoce desde la propia empresa, de cobre de las instalaciones eléctricas de la empresa de acabados textiles, Bleachont SL, ubicada en el complejo de la histórica fábrica Colortex. Los hechos se produjeron en la noche del sábado 30 de octubre cuando unos desconocidos entraron en el interior del edificio para cortar cables y llevarse el metal.

Fuentes cercanas a la empresa reconocieron a este periódico que este robo comprometió el funcionamiento de la compañía, cuando una docena de máquinas quedaron inhabilitadas por falta de suministro eléctrico. “Afectó a la sección completa de tinte donde existen unas 8 máquinas. Había más cables cortados en el interior de la fábrica, pero afortunadamente no se los llevaron”, exponen.
El martes de esta semana se puso en marcha la última de las máquinas afectadas, después de estar paradas durante ocho días, tal y como explicaron las mismas fuentes. Fueron los operarios quienes avisaron de los hechos a la policía cuando en la madrugada del martes 2 de noviembre, después de tres días de inactividad por el puente, se dieron cuenta de que "la luz no funcionaba". En total son tres las secciones de la empresa que se vieron afectadas: la zona de tinte, la de blanqueo y la de secado.

Investigación

La policía judicial ya ha iniciado una búsqueda, pero en estos momentos se desconoce la autoría de los hechos. En el momento del asalto la empresa no contaba con personal de seguridad, y aunque sí disponían de cámaras de seguridad, las fuentes consultadas afirman que fueron "desviadas para procurar no ser vistos". Tampoco se conoce el modus operandi de los asaltantes en las instalaciones, pero se sospecha que para cargar todo el metal hubo que utilizar un vehículo de grandes dimensiones.