Algunos de los indicadores que marcan la temperatura económica de la ciudad de Ontinyent señalan que, quizás, después de sufrir los años más duros de la crisis económica, la economía comienza a reactivarse. Eso sí, quizás a una velocidad todavía muy moderada.
De entrada, uno de los principales marcadores, el del paro, es positivo si tenemos en cuenta que entre noviembre de 2016 y noviembre de 2017, el número de personas en paro ha bajado en 400.
También otro de los indicadores nos muestra que se registra un incremento del 20% en las licencias de obras que se han tramitado en el Ayuntamiento de Ontinyent. En términos absolutos, en lo que llevamos de 2017, las licencias que se han concedido llegan hasta las 605.
Por otra parte en el comercio local, uno de los que siempre ha sufrido la crisis con más fuerza, comienza a detectarse, además de la apertura de nuevos establecimientos, la circulación de clientela que procede de fuera de la ciudad, de la comarca del Valle e incluso de comarcas de los alrededores. Esto hace que se abrigan expectativas positivas de cara a la campaña de Navidad.
Y en lo que respecta al tejido empresarial también se observa una mayor diversificación después de los tiempos de monocultivo del textil. Así, desde COEVAL se apunta la mayor importancia que van adquiriendo las empresas de tecnología y maquinaria.
Sin embargo, desde los sindicatos se alerta de que no se puede cantar victoria porque se constatan muchas contrataciones temporales y una cierta precariedad.