Carlos Graullera, primer violín de la Orquesta Sinfónica de Basilea (Suiza)

Sus primeros pasos fueron en la escuela de música Ad libitum, unos años que recuerda con mucho cariño, especialmente los conciertos de Navidad en los que recorrían durante una semana diferentes poblaciones. La aparición de la Orquesta Sinfónica Caixa Ontinyent fue "vital" para este ontinyentí, ya que hasta "entonces no tenía ningún referente en este campo". “Los que elegíamos un instrumento de cuerda lo hacíamos porque lo veíamos en la televisión o en un amigo”. En los últimos años su trayectoria se ha proyectado internacionalmente, ahora está con un contrato temporal en la Ópera de Berlín, la Staatsoper, y en breve se trasladará a Suiza, acaba de ser nombrado primer violín de la Orquesta Sinfónica de Basilea. Un sueño hecho realidad. Hablemos de Carlos Graullera Giménez, violinista profesional.

  • Ser el primer violín de la Orquesta Sinfónica de Basilea, ¿es tu sueño profesional?

“Para mí es un sueño cumplido. Desde que empecé a tocar el violín he estado siempre en orquestas. De pequeño en la Orquesta Sinfónica Caixa Ontinyent, el ensayo de cada viernes era algo que esperaba con mucha ilusión. Ahora estar en una orquesta profesional, de alto nivel, es mi trabajo, pero a la vez estoy disfrutando con profesionales a los que les ocurre lo mismo. Es un lujo poder dedicarme profesionalmente a esto”.

  • ¿Cómo ha sido el acceso a un sitio como éste?

“Es un proceso muy exigente. Tuve que mandar un currículum y un vídeo e hicieron una primera selección, en la que se eligieron a 30 personas, que pasamos a la audición. En un solo día participé en las fases eliminatorias. Concretamente, fueron cuatro, que duraron desde las 9 de la mañana, hasta las 6 de la tarde, en las que íbamos interpretando unas ciertas obras y cada prueba era eliminatoria. El proceso es muy duro, porque estás compitiendo con el resto de aspirantes que están muy preparados, necesitas mucha concentración y controlar los nervios. Tienes que interpretar cinco minutos en los que nada puede fallar, seguido de dos horas esperando, para volver a afrontar una nueva prueba, y así sucesivamente”.

  • Hay que mantener la mente muy fría en estas horas de espera…

“Muchísimo. Y nunca sabes cómo te puedes sentir. A veces estás bien y al salir a interpretar los nervios te traicionan, te pones a temblar y adiós, ya estás fuera. Y has hecho un viaje de varias horas, con estancia y todo, para que en cinco minutos todo se ponga a perder. Pero se juntó que tuve un buen día, estaba tranquilo y toqué bien y les gustó a las personas que estaban haciendo la selección, puesto que era una única plaza de violinista. Ya había realizado bastantes pruebas y se va adquiriendo experiencia”.

  • ¿Cuál es la actividad de una orquesta de ese nivel?

“La Orquesta Sinfónica de Basilea (Suiza) es la principal de la ciudad y del teatro y participa en los eventos del municipio. Además, también hacen tours por el extranjero. Por lo que respecta al repertorio, la orquesta interpreta tanto música sinfónica, como ópera. Entonces, durante la semana, se pueden tener un par de representaciones de ópera, un concierto sinfónico con repertorios muy variados, desde el clásico, hasta música contemporánea. Es una orquesta muy dinámica que intenta traer aire fresco y novedades, permite descubrir piezas que se dejan de lado, y esta manera de trabajar da gusto, nunca te cansas con esta variedad y eso se agradece”.

  • ¿Qué hace falta para ser un músico profesional internacional en esta escala?


“Lo importante es la pasión y el amor por la música, porque este camino es muy duro. Sobre todo, la preparación de pruebas es un reto físico y mental. A veces dudas de si todo ese esfuerzo vale la pena y si es realmente lo que quieres. Por eso es indispensable, en estos momentos, tener esa motivación interna que te aporta sentir pasión por la música y por el instrumento y que es un revulsivo para querer tocar cada día mejor, a no parar de intentarlo. Además, en estas orquestas profesionales todos sus integrantes sienten esta pasión y para tocar con esta energía es necesario darlo todo. Aparte de esto, obviamente está la constancia, que va estrechamente ligada a esa pasión y la confianza en uno mismo”.

  • Además de la música, ¿qué otras pasiones tienes?

 “Sobre todo me gusta la naturaleza, el senderismo, salir a correr por la montaña en bici. El deporte en general y también la informática y las nuevas tecnologías, va a épocas, según el tiempo que haga”.

  • En cuanto a la naturaleza has elegido para trabajar países extraordinarios…

“No es casualidad, de hecho estaba concentrando las pruebas en el sur de Alemania y en Suiza. Berlín es una ciudad magnífica, pero es demasiado grande y con demasiada gente, me ha estresado. Haber crecido en Ontinyent, donde tienes de todo y la sierra está a un paso, también ha hecho que acostumbro a disfrutar del aire libre. Después de Berlín me hacía falta. Yo siempre estoy más inspirado tocando cuando tengo contacto con la naturaleza, con las montañas. Para mí es como si la música va a salir de aquí. Así que estoy contentísimo con los Alpes a tiro de piedra”.