César Soriano y Fernando Béjar, los caminos cruzados después de Alcorcón

CÉSAR SORIANO
Recuerda a César Soriano que fue uno de los que más lloró ese día. “Lo teníamos tan en la mano. ¿Cómo pudo escapar aquello con un 0-2 en el descanso? “. Para César, para Fuentes, para Rubén García, los tres ontinyentins del equipo "hubiera sido el máximo, ascender a Segunda A con el equipo de nuestro pueblo". El lateral izquierdo todavía rememora aquel “equipo fabuloso” que se impuso a otros confeccionados a base de talonario “como el Nàstic de ese año”. El Ontinyent logró la promoción y ganó todos los partidos hasta llegar a la final. "Fue una temporada perfecta, menos 25 minutos". César Soriano repasa tantos motivos. “El árbitro tuvo mucho que ver con lo que sucedió. Pero quizás nosotros tuvimos mucha parte de culpa. La mayoría no había vivido una situación como ésta, no supimos perder tiempo… estábamos agarrotados”. El ontinyentí fue testigo directo de esa jugada decisiva en el minuto 94. “Yo era el último defensor y Sergio Mora estaba adelantado, bastantes metros, en un claro fuera de juego. Además paró la pelota con la mano antes de realizar el centro”. El recuerdo amargo es difícil de olvidar. “Hubo muchas situaciones raras. He pensado siempre que alguien no quería que subimos ese año”.

FERNANDO BÉJAR
Para Fernando Béjar, aquél fue “un año increíble”. Sobre todo vino marcado por su 'Alcorconazo', después de eliminar al Real Madrid en la Copa del Rey, algo que proyectó al equipo a nivel nacional e internacional “ya nosotros nos dio una gran energía desde éste momento y hasta el final de la temporada”. Béjar lo vivió, naturalmente, desde el otro lado. “El Ontinyent nos estaba dando un baño de locos. Íbamos 0-2 al descanso y no veíamos una”. Sin embargo, todo cambió en esa segunda parte. Se logró el empate y se llegó a esta jugada final. “Recuerdo que entre mi compañero Íñigo López y Álex Cacho, que sería compañero después, empujaron ese balón al fondo de la red”. Se desató la locura en el campo. A Béjar le supo mal, en parte, “porque tenía grandes amigos en el Ontinyent como Gonzalo o Manrique, pero son las paradojas del fútbol”.

Años después, César Soriano acabaría en un Alcorcón de Segunda División que todavía se mantiene ahí desde ese día. “Se me hizo un poco raro, pero cuando yo fiché ya no quedaba nadie de ese Alcorcón que nos eliminó. Únicamente el encargado de material”. Él ya había jugado ya en el campo del Santo Domingo con Huesca y Leganés. Incluso fue entrenado por Anquela (el míster del Alcorcón) en Huesca. Por su parte, Béjar que sólo jugó aquella temporada en el equipo amarillo, marcharía al Castellón. Luego vino a un Ontinyent donde "hubieron muchos problemas económicos, donde todo fue un caos". El club se hipotecó y nunca logró darle la vuelta a la suerte que se había decidido en Alcorcón.