Xali Soler y el lenguaje universal de la música

Foto: Sophia Hegewald

Formar parte de la Schleswig-Holstein Orchestra no es fácil. En los últimos cinco años, Xali Soler se ha presentado en cuatro ocasiones a las pruebas para formar parte de esta joven orquesta. Los dos primeros años logró ser suplente, pero en la tercera va la vencida, y en 2019 conseguía ser miembro titular por primera vez. En 2020 la pandemia paralizó el proyecto, pero este verano, el percusionista ontinyentí ha vuelto a imponerse a los numerosos candidatos que se presentan en la treintena de pruebas de selección que se llevan a cabo en todo el mundo.

En el estado alemán de Schleswig-Holstein cada verano celebran un gran festival cultural, del que uno de los apartados más importantes es la creación de una orquesta joven, que se adentra en una experiencia de siete semanas en la que prometedores músicos de todo el mundo conviven 24 horas al día. “Llevamos ya cuatro semanas de música todos los días. Es como un mundo paralelo, porque estás ahí sólo para tocar. No vives para nada más” explica Xali Soler. Una experiencia que el joven asegura “te enriquece muchísimo, como músico y persona. Piensa que somos músicos de todo el mundo y yo no sé chino, pero puedo entenderme perfectamente, musicalmente hablando, con una persona de China”.

ENSAYOS DIARIOS
La experiencia es muy gratificante, pero la exigencia es también un punto indiscutible en la Schleswig-Holstein Musik Festival Orchestra. Así, el encuentro tiene una duración de siete semanas, en las que se trabajan cinco proyectos grandes “que serían los que corresponden como tal a una orquesta”, pero además también llevan a cabo otro tipo de conciertos o actividades en torno a la música. Todos los días, los miembros titulares de la orquesta participan en unos cuatro o cinco ensayos y celebran dos conciertos por semana.

Entre los proyectos que están trabajando este verano se encuentra la 5ª Sinfonía de Chaikoski, la 7ª de Beethoven o poner la música en directo en una proyección de la película The Kid de Charles Chaplin.

BAMBOLLA
Como en todo, la Covid-19 ha afectado mucho al mundo de la cultura. En esta experiencia internacional, Xali Soler lo está viviendo desde dos puntos diferentes: desde dentro de la residencia en la que viven esta experiencia y desde encima del escenario.

“Es evidente que la música ha cambiado mucho. La forma de un concierto, la sensación al ver a la gente tan separada, con un aforo reducido… No es lo mismo que sentir que todo el auditorio está a rebosar”, admite el percusionista, quien explica también, que por otra parte, “es cierto que aquí, se ha hecho una burbuja. La residencia está completamente a disposición de la orquesta y no puede entrar ninguna persona externa. Cada dos días la gente que no está vacunada se realiza un test para poder controlar la situación”. Por ello, entre los miembros que están participando en esta convivencia
pueden estar sin mascarilla, "ya que la orquesta está protegida".

Esta semana se ha trasladado hasta Hamburgo una pequeña expedición formada por familiares y amigos que han viajado desde Ontinyent para ver a Xali y la Schleswig-Holstein Orchestra en acción. Y cuando esta aventura finalice, el músico continuará con sus objetivos: “seguir trabajando con la formación que tengo con Àngela Garcia, Duo Pessoa, y preparar pruebas para acceder a una plaza en una orquesta profesional.