La distancia entre los centros urbanos de Ontinyent y de Agullent es de 6 kilómetros aproximadamente. En coche, apenas 11 o 12 minutos. Los términos municipales son colindantes. Mucha gente vive y trabaja alternativamente en ambos municipios. No hay distancia. Ni siquiera para la meteorología. Ayer miércoles, por ejemplo, en Agullent se registraron alrededor de 66 litros y en Ontinyent, 52 litros, según la red de estaciones meteorológicas de AVAMET.
Pero parece que existe una distancia considerable a la hora de tratar socialmente el temporal que estamos viviendo esta semana. Al menos en lo que respecta a las diferentes autoridades municipales de cada uno de los ayuntamientos. Ayer miércoles, alrededor de las 18 horas, el Ayuntamiento de Ontinyent se ratificaba en la situación de alerta por riesgo de inundaciones en toda la provincia de Valencia advertida por el Centro de Coordinación de Emergencias y decretaba “la suspensión de toda actividad docente en los centros educativos de la ciudad, así como en el centro de día, centro ocupacional, música”. Pero mientras esto ocurría en Ontinyent, el Ayuntamiento de Agullent tomaba otra decisión. El consistorio agullentí informaba, sobre esas mismas horas que, “después de seguir de cerca la emergencia decretada, evaluar la situación meteorológica de estos días y reunirse con los centros educativos, se ha tomado la decisión de reanudar la actividad”. Por tanto, hoy jueves, la vida continúa paralizada en Ontinyent y se ha reactivado en Agullent.
La decisión de aplicar el cierre de los centros educativos y, por tanto, de dejar sin clases su funcionamiento, depende de los ayuntamientos. La decisión parece no ser demasiado unitaria. De hecho, parece que del Puerto de Albaida hacia abajo no ha tenido demasiado efecto. El lunes se activaba el aviso naranja por lluvias en buena parte de la provincia de Valencia y en algunas comarcas del norte de Alicante. Pero mientras en la parte de la provincia de Valencia se sucedían las decisiones de cierre de colegios e institutos, en la otra parte de la línea provincial no ocurría lo mismo. El martes se mantenía el aviso naranja. Y se mantenían las clases, por ejemplo, en Muro, en Cocentaina, en Alcoy.
La disparidad de decisiones con pocos kilómetros de separación y con condiciones meteorológicas similares también se ha notado por ejemplo entre Bocairent, donde se mantiene la suspensión de las clases desde el martes y la actividad normal que se ha dado en pueblos cercanos como Alfafara y Agres.
Esa visión distinta de cómo actuar también se extendía en la propia provincia de Valencia, concretamente en la comarca de la Safor ayer miércoles (con los mismos avisos de color naranja). Hasta 11 municipios decidían abrir las aulas, aunque advertían de que estarían vigilantes de la evolución meteorológica en todo momento.
La disparidad de decisiones según las administraciones se pudo dejar notar en la población, fundamentalmente, en el ámbito sanitario porque durante toda la semana se suspendió, desde la Conselleria de Sanidad, la actividad programada de citas y consultas en los centros de salud y hospitales en algunos departamentos, entre otros los de las comarcas del sur de Valencia y del norte de Alicante.