El Baile de los Labradores, una tradición recuperada

Anoche, a partir de las 22.30 horas, tenía lugar el tradicional Ball dels Llauradors, compuesto por la representación de un total de 7 bailes que forman parte del folclore de la ciudad. Los miembros encargados de llenar hasta los topes, desde un primer momento, la plaza de Baix, hicieron el recorrido habitual de este acto que, desde hace una década, vuelve a formar parte de la cultura ontinyentina. Desde la plaza de Baix, donde asistieron las diferentes autoridades festeras de este año y un numeroso público, los bailes se llevaron a cabo en la plaza de Sant Roc, en la plaza Major y, finalmente, en la placeta Latonda.

Al inicio de la Guerra Civil (1936) los bailes tradicionales de las comparsas desaparecieron. Desde entonces se pensaba que de estas piezas de danzas breves “que ocupaban las noches de las fiestas y recorrían las calles, para que la gente participara de ellas”, según explican desde la comparsa, ya no quedaba rastro. Pero fue un miembro de los Labradores, Salva Pastor Donat, quien conservaba las partituras del baile.

Según se relata en el programa de fiestas del 2018, “Salva Pastor Donat amaba tanto la comparsa, que había conservado las partituras de nuestro baile para evitar que se perdieran pero, como pensaba que los bailes ya nunca volverían, se las va entregar a su primo, el Maestro Ferrero, para ver si le inspiraba un pasodoble dedicado a los Labradores”. Por último, el ilustre músico entregaría las partituras a la comparsa, las mismas que hoy se conservan en el Museu Fester.

Fue en 2008, coincidiendo con el 125 aniversario y año de capitanía de la comparsa Labradores, cuando se recuperó el acto tal y como se hacía en la antigüedad y, desde ese momento, “se celebra el viernes antes de 'Entrada, para anunciar la llegada de las fiestas”. Después de 10 años, el conjunto de bailes se han convertido "en un acto transversal en el que no sólo bailan adultos sino también niños", según cuenta la comparsa.