El Balneario de Ontinyent fue lugar de internamiento para judíos que huían de los nazis


Un trabajo de investigación sobre la etapa negra de la Guerra Civil española y la posguerra sirve para que personas como el ontinyentí Joan Torró, vayan estirando de los hilos documentales que les llegan, bien oralmente, bien por escrito, para tejer el tapiz de la guerra y la posguerra en Ontinyent y rescatar la memoria democrática.
Entre sus trabajos más conocidos en esta materia se encuentran Las Mamás belgas y El colegio Nacional de Ciegos. Dos investigaciones que, de algún modo, están relacionadas con un nuevo campo de investigación iniciado por el ontinyentí y que tiene uno de los escenarios en el Balneario la Salud. En este emplazamiento Torró persigue una pista que acaba confirmando con sus pesquisas: “Parece que hubo refugiados judíos, que huyendo de los nazis atravesaron la frontera francesa y mediante la colaboración de la cruz Roja Francesa y la Española vinieron a Ontinyent . Si durante la guerra civil vinieron un grupo de enfermeras judías, las conocidas mamás belgas, para luchar contra el fascismo, ahora llegaban a Ontinyent, parece que otros judíos, huyendo de los nazis, en una tierra gobernada por una dictadura también de carácter fascista” , explica Joan Torró.
Es un tema que ha despertado la curiosidad del ontinyentí, porque encontró fuentes documentales que “vienen a corroborar que hubo personas custodiadas en el Balneario de Ontinyent. La documentación conservada en el Archivo Histórico de Girona así lo confirma”.
Ciudadanos que huían de los horrores del nazismo y que según corrobora el investigador “saber lo que pasó con estas personas es un trabajo a hacer, así como las circunstancias que rodearon su vida en cautiverio en nuestra ciudad”.
Algunas publicaciones de prestigiosos historiadores han dejado documentada la existencia en la capital del Valle de Albaida de campos de concentración en tiempos de la dictadura de Franco.
En la tesis del historiador Antonio Calzado, existía una referencia al respecto, se identificaba que en Ontinyent hubo una especie de campo de concentración en el año 1943, donde había retenidos unos 125 franceses.
Nada más terminada la guerra civil, el cementerio nuevo tuvo esta utilidad, pero Joan Torró apunta que “durante poco tiempo”. Otras ubicaciones para retener a prisioneros fueron “el campo de fútbol durante al menos abril de 1939 -como recoge el libro Los campos de concentración de Franco, de Carlos Hernández de Miguel-; la famosa Porquera, espacio de la memoria que ha desaparecido, prisión donde permanecieron ontinyentins y otros republicanos de la comarca y la fábrica de muebles curvados”, corrobora el investigador.
El trabajo de Joan Torró en los últimos tiempos ha sido “identificar a cada una de las personas que estuvieron retenidas en Ontinyent, revisar otros archivos, ir a la investigación oral, etc. pero lo que sí llama la atención es que sobre el tema hay muy poca o ninguna información”.
Un obstáculo común a todas aquellas personas que quieren rescatar de abajo de la alfombra la basura de la memoria de unos tiempos muy oscuros.