Parece que fue ayer, pero ha pasado ya una década desde que nació el Belén de la parroquia San José. El sábado para homenajear a todos aquéllos, se celebró un acto a las 20.15 horas, después de la eucaristía. La particularidad de esta representación del nacimiento de Jesús es que se hizo en 2011 de forma artesanal y con la colaboración de personas con vínculos a la parroquia.
El diseñador y coordinador del proyecto fue Gonzalo Mollá Galiana, quien aportó su saber y su entusiasmo, acompañado por los promotores de la idea. "Todo nació en una conversación amena en la peluquería, entre Maruja Ferri y Pedro Mora, cuando hablaron de Navidad y la nostalgia de las tradiciones heredadas de nuestros mayores y que temían que se perdieran, como por ejemplo, montar el Belén", relata Gonzalo Mollá.
Maruja Ferri imaginó que sería bonito que la parroquia tuviera su propio Belén, deseo que era compartido por el párroco del momento, José Mª Payá. La ilusión se tomó pronto en Pedro Mora quien afirmó tener a la persona idónea para ejecutar ese proyecto: Gonzalo Mollá.
Es así como el Belén de la parroquia de San José dio sus primeros pasos y fue construyéndose a base de horas libres, esfuerzo y de forma altruista. Después de varios meses de trabajo, convirtiendo poliestireno en espacios, se logró tener los escenarios típicos para acoger las diferentes escenas y quedaba un nuevo reto: poblarlos con figuras. Para la primera edición Pedro Mora cedió las suyas, obra del escultor Mayo Lebrija y se montaba así el primer Belén de la parroquia.
Al año siguiente se organizó un micromecenazgo, para que las personas que quisieran sufragar alguna figura o grupo así lo hicieran. Eran obra del prestigioso artista murciano Jesús Griñán. En este sentido, el Belén se convertía, más si cabe, en parte de la parroquia. En total, 9 m² que se completaron el tercer año con la escena del desierto y la fuga a Egipto.
El acto del sábado homenajeó a la gente de la parroquia por su entrega y dedicación, a los padrinos de las figuras, a la población para que pueda disfrutar de esta obra muchos años más ya las personas que se involucraron incondicionalmente: Maruja Ferri, Enrique Climent, Pedro Mora, José Mª Payá, el propio Gonzalo Mollá y la Hermandad del Templo. El tríptico de su constitución recogía en una sola frase el espíritu de esta iniciativa: "Soñar es gratis". Y ese sueño se hizo realidad y todo gracias a unos eslabones de ilusión que pusieron su granito de arena.