Saramia emprende el rumbo a casa

Si hacer frente a la amenaza del coronavirus ya es complejo, en una situación de vida convencional, las cosas se complican un poco más para quienes llevan un estilo de vida atípico, como residir en un barco, con el mundo por hogar. Esto es lo que le ha sucedido a la familia ontinyentina Mora Conejero, que toda esta crisis sanitaria les ha llevado a encontrarse atrapados en el archipiélago de San Blas, en Panamá.

“Muchos de nosotros que hemos decidido diseñar nuestra propia vida siendo nómadas de un mundo globalizado, nos encontramos atrapados en un país que no es el nuestro, sin posibilidad de salir en los próximos 30 días y al mismo tiempo con el visado en punto de vencer en los próximos días. Estamos en una situación burocrática bastante complicada. La cancelación de todos los vuelos desde y hacia Europa, nos ha hecho reflexionar y darnos cuenta de que nos encontramos en el mejor sitio del mundo para pasar esta crisis mundial. Trataremos de vivir al día y lo más aislados posibles del mundo exterior”, explicaba la familia en su página unavueltaporelmundo.com el 17 de marzo.

Los planes de esta familia eran visitar España el 23 de marzo, pero la cancelación de todos los vuelos debido a la pandemia mundial, impidió este viaje para reencontrarse con familiares y amigos, por lo que se habían replanteado la situación y se quedaban en Panamá, disfrutando de la naturaleza, al aire libre, en su casa a hombros, que es su barco Saramia.

Pero de nuevo la vida reconducía los pasos de Jorge, María, Sara y Mia, puesto que conocerían una noticia que les cambiaría el rumbo. "Nuestra vida y nuestro futuro han dado un giro de 180°", anunciaban. Y la noticia no era para menos: ¡María está embarazada!

Aunque inicialmente decidieron quedarse en la idílica isla desierta, el 30 de abril se enteraron de que salía el último vuelo humanitario a París, para repatriar a ciudadanos europeos y el embarazo de María pesó en ésta ocasión para que solicitaran plaza en esta última oportunidad de volver a Ontinyent. El 6 de mayo recibían la confirmación de la embajada: María, Mia y Sara tenían plaza en el avión, pero Jorge no. Mientras las chicas preparaban sus maletas y ultimaban los trámites burocráticos que debían solucionar, el capitán del barco optó por una nueva aventura: volver a España a bordo del Saramia en solitario.

María y las niñas ya han llegado a España y deben pasar la cuarentena, mientras que Jorge se ha embarcado con Jota, a la que define como “mi compañero de aventura”. Juntos enfrentarán el reto de cruzar el océano Atlántico, en una travesía que saben que no será sencilla, pero que es todo un reto.
Sus aventuras se pueden seguir en su blog 'Una vuelta por el mundo', donde Jorge Mora informa de todas las anécdotas del viaje, en su cuaderno de bitácora. Mientras en Ontinyent, los suyos están esperando a que llegue a buen puerto.