El nuevo año arranca con una sensación de malestar en la industria textil tras conocerse que los acabados textiles quedan excluidos de las ayudas estatales del gas. Un combustible que registra un incremento acumulado de hasta más de un 800%.
“El sector de los acabados es imprescindible y necesario como eslabón de la producción de toda la cadena de valor textil, por tanto, la afectación que se deriva de la presente situación repercutiría en toda la industria, estando en juego la continuidad y el futuro industrial textil”, explica Pepe Serna, presidente de ATEVAL y del Consejo Intertextil Español (CIE).
Por lo que respecta a la utilización intensiva de gas, es el sector de los acabados el gran consumidor de este combustible y, por tanto, "está afectado por las subidas de precios". Este subsector aglutina en España a unas 200 empresas a pleno rendimiento. Por lo general, son empresas de tamaño medio, con grandes inversiones en maquinaria e instalaciones que utilizan como materias primas los productos químicos, siendo intensivas en el uso de agua, electricidad y sobre todo del gas industrial. Resultando el componente energético del gas lo más importante en costes, puesto que representa entre el 30-40% del coste del servicio de acabado.
Según el CIE, la afectación del subsector de los acabados textiles puede tener "unos efectos devastadores en la cadena de valor de toda la industria textil española", afectando también a los productos de la moda y confección. "Las consecuencias serán graves para el textil español si no se compensan los altos costes energéticos, especialmente el gas de mayor utilización industrial intensiva en los acabados", añaden.
Por todo ello, Pepe Serna ha anunciado que "solicitaremos al Gobierno que se incorpore una modificación en el Real decreto que regula estas ayudas, mediante acuerdo de consejo de ministros, que incluya los acabados textiles"
Serna añade que “las empresas han tenido una afectación en los costes inalcanzables actualmente y están llevando a cabo paros productivos, que se han visto reflejados en una disminución anual del consumo de gas del 37% en este último año”.