El Valle de Albaida pierde 6.000 habitantes en la última década


Al hablar de despoblamiento y más concretamente de la España despejada, lo primero que nos viene a la mente es la zona de Teruel-Guadalajara-Soria, pero el especialista en Geografía e Historia, Daniel Alfonso, apunta que “desgraciadamente, esta expresión también se aproxima a la realidad de nuestras tierras”. Por tanto, la demografía del Valle de Albaida está determinada por una constante pérdida de población “fruto del progresivo envejecimiento, por la baja natalidad y por la emigración, especialmente la que llevan a cabo las personas más formadas en la llamada fuga de cerebros, así que perdemos habitantes jóvenes, talento y rentas más elevadas”. La cifra es reveladora: el censo cayó en 5.952 personas.

Un progresivo envejecimiento y pérdida de población
El profesor Daniel Alfonso ha estudiado la cantidad de población de los 34 municipios de la comarca del Valle de Albaida en tres momentos diferentes. El primer punto temporal de referencia es el año 2000: a principios del siglo XXI la radiografía del padrón deja patente que se trataba de un momento de “crecimiento demográfico en las localidades más dinámicas, que ofrecían puestos de trabajo en sectores como agricultura, la industria y los servicios con escaso valor añadido”. Unas cifras positivas que iban acompañadas por la llegada de inmigrantes internacionales en esa época de la burbuja inmobiliaria. Mientras que en esos mismos años y en sentido contrario, "los pueblos más rurales con una economía basada en el sector primario y los ingresos por jubilaciones ya sufrían una constante bajada de empadronados", continúa. Una década más tarde, en 2010, los datos manifiestan “el crecimiento de la época de vacas grandes”, aunque ya se había iniciado la fuerte crisis económica y social del período 2008-2016, “la cual para muchas familias y empresas se han alargado hasta la actual llegada de la pandemia de forma que han enlazado ambas crisis”, explica el geógrafo e historiador.

Si la comparativa se aplica a las cifras de población de los últimos diez años, se pone de manifiesto “un panorama de extrema preocupación, dado que de los 34 municipios de la comarca el 88% ha perdido habitantes. Sólo han ganado 4 de ellos, los cuales no son los más grandes e industrializados como podríamos pensar sino que son de escasas dimensiones y atienden a causas muy distintas entre sí”.

Alfonso destaca los casos de Benissoda (+54) posiblemente por ofrecer viviendas más económicas que la vecina Albaida; Carrícola (+6), que ha apostado por la biodiversidad y un modo de vida neorural. Guadasséquies (+16), seguramente causada por la ampliación de su polígono industrial y la Pobla del Duc (+1), debido a la llegada abundante de inmigrantes que han contrarrestado la pérdida de población nativa.

Ontinyent pierde más de 2.000 habitantes en una década
Como apunta el especialista de Otos, en el caso de Ontinyent la bajada de la población en la última década es significativa: pasa de tener registrados en el padrón 37.935 habitantes, a los 35.761 con los que termina el año 2020, una pérdida de 2.174 censados. Si la perspectiva la echamos dos décadas atrás, el censo se situaba en 31.926 ontinyentins, muy por debajo de la cifra actual. Así que pese a perder población, el caso de Ontinyent mantiene unos niveles superiores a los de hace veinte años, porque “la inmigración que llegó se quedó en parte haciendo una sociedad mixta culturalmente”.

El futuro: se consolidará la tendencia a la baja
Las perspectivas de futuro no son demasiado positivas y el geógrafo avanza que “con toda probabilidad, los futuros censos van a consolidar la tendencia negativa”. Entre los motivos que llevan al especialista a emitir esta afirmación es que, a las tres causas más comunes de mortalidad en los países desarrollados: cáncer, conducción y cardiovasculares, habrá que sumar la Covid-19 (se han contabilizado 55 muertes en la comarca hasta el 22 de enero, según los datos oficiales de Conselleria) y sus efectos directos e indirectos como el menor diagnóstico de otras dolencias o el cierre de empresas con la consecuente precarización social y económica. Ya que, sin ofertas de trabajo destacadas en la comarca, se incrementará la emigración de población desempleada hacia otras zonas más dinámicas”.

7 nacimientos y 9,8 muertes por 1.000 habitantes
En 2018 en el Valle de Albaida nacieron siete personas por cada mil habitantes, mientras que murieron 9,8, informa Daniel Alfonso. Pero, en realidad, “la cifra oculta que hubo una gran diferencia entre poblaciones más jóvenes como Ontinyent o l'Olleria frente a otras muy envejecidas como es el caso de Sant Pere d'Albaida”.

En cuanto a la fecundidad, cada mujer en edad fértil tuvo una media de 1,21 hijos. Además, se ha ido retrasando progresivamente la edad de tener el primer hijo hasta los 32,4 años debido a los cambios experimentados por nuestra sociedad. Por último, observamos cómo la esperanza de vida es elevada pero con contrastes entre sexos: 79,7 años para los hombres y 85 para las mujeres de media. Un sector de población, que no tiene garantizadas a medio plazo cuestiones básicas como son el sistema de pensiones o atender a su dependencia.