El vandalismo se ceba con los monolitos de Sant Esteve

¿Qué pensaríamos si alguna persona entrase en un espacio arquitectónico y artístico de gran valía como la Sagrada Família y rompiera a golpes las vidrieras de esta iglesia modernista de Barcelona? Podemos coincidir en que sería una aberración. Pues esta semana ha pasado en Ontinyent una agresión, que salvando las escalas históricas y artísticas, destila semejante gravedad. Los mojones instalados en la subida a la ermita de Sant Esteve, elaborados con piedra de Ulldecona y grabados en vidrio antivandalismo, con versos alusivos a la ermita, han sido el blanco del destrozo cometido por unos vándalos, cómo han denunciado los promotores de esta iniciativa por embellecer el paisaje, la Asociación de Llumeners de Sant Esteve.

PRIMER ATAQUE, EN JULIO

En julio ya se destrozaron los cristales de dos sillares de los diez instalados y el descalabro de esta semana ha destruido tres más. Se da la circunstancia de que la asociación cuida este paraje y quiere embellecerlo, por tanto recurrió al artista albaidín Josep Sanjuan, que es el autor de las vidrieras de la Sagrada Familia, entre otros trabajos de renombre, y en el mes de abril se presentaban ante la sociedad ontinyentina. “Desde la Asociación de Llumeners de Sant Esteve queremos expresar nuestro pesar por el hecho de que puedan suceder actos como los que están pasando en el paraje, porque supone un gran esfuerzo y dedicación de un pequeño grupo de gente por mantener y dignificar un paraje que tanto representa para los ontinyentins y muchos valldabaidins”, denuncian desde este colectivo.

PANELES DIVULGATIVOS

Hace dos semanas también los paneles divulgativos que se encuentran en la replaza de la ermita fueron víctimas de actos vandálicos, ya que se arrancaron las leyendas que había, dañando un patrimonio colectivo que en su día se va instalar con afán artístico y divulgativo. “Pensamos que algo estamos haciendo mal, en el ámbito social, porque alguna persona encuentro placer al destruir un trabajo realizado por otras personas, de forma desinteresada, para mejorar un paraje que a todos se supone que nos gusta”, reflexionan desde la asociación.

DESCARTAN NUEVAS OBRAS DE ARTE

La instalación de los mojones cada medio kilómetro en la subida a la ermita era la primera etapa “de un proyecto a largo plazo, de instalar obras de diferentes artistas de la Vall d'Albaida en este paraje, pero estos hechos lo que logran es desincentivar cualquier idea de este tipo, dada la falta de respeto mostrada por el autor o autores de los hechos. Supongamos que, cuando madure un poco, esta persona o personas se darán cuenta del mal hecho, pero que desgraciadamente ya será tarde para el resto de visitantes del paraje”, añaden desde la Asociación de Llumeners de Sant Esteve.

EUROS 30.000

Cuando se produce un acto vandálico, la impotencia social es el sentimiento más espontáneo, puesto que es un bien común para ser disfrutado por la ciudadanía. Los espacios públicos, en ocasiones, se convierten en casa de nadie, cuando realmente están concebidos para ser la casa de todos y todas. Según informan desde el Ayuntamiento de Ontinyent, a las arcas municipales les cuesta cerca de 30.000 euros hacer frente a las derrotas de vandalismo cada año.

Según explica el concejal Manuel Cuesta, "las zonas verdes más apartadas de las fincas son las que más destrozos sufren, aunque cabe señalar que los ontinyentins son más de ensuciar que de romper", apunta. A fin de hacerse una idea, según apuntan desde el consistorio, reparar un banco de un parque puede costar cerca de 400 euros; una silla de un juego infantil, 300 euros y el cristal de una farola, unos 70 euros aproximadamente. La partida económica para mantener los parques y jardines, sirve en gran medida para reparar lo que se rompe de forma voluntaria. Un dinero que, de no registrarse ningún acto vandálico, se podría invertir en mejoras. Además, el consistorio dispone de una brigada de pintores, que ayudan al mantenimiento de los edificios municipales y espacios públicos, por lo que también se limpian pintadas que han dañado las paredes.