Con el nombre de Finca La mixtura, Mark Bosmans e Inge Roest, un matrimonio belga, están ultimando los detalles para abrir este nuevo espacio hotelero en Ontinyent. Tal y como ellos mismos explican en su página web, el inicio de esta aventura se remonta a octubre de 2019, cuando dieron el paso de comprar una propiedad en Ontinyent. Pasando la ermita de Santa Ana, entre el camino de la Garrofera y el de la Verónica, se ubica la Finca La Mixtura, una edificación de 1850 que ha sido rehabilitada para albergar el futuro hotel.
Dividido en varias alturas, en el primer piso se ubicarán cuatro suites de lujo. Cada una estará amueblada con un estilo propio. Esta planta incluirá una biblioteca y un baño árabe. Mientras que en el segundo piso habrá cuatro habitaciones más tipo loft. A todo esto se le sumará un restaurante, al que los propietarios definen como una “pequeña versión” de mezcla, el establecimiento que el matrimonio ha regentado hasta ahora en la ciudad belga de Genk.
La web de Finca La Mixtura está disponible íntegramente en neerlandés, lo que hace suponer que, al menos inicialmente, éste será el público objetivo del matrimonio. La prensa belga ya se ha hecho eco de que los propietarios “del mejor restaurante de Genk” se marchan “al sol” (refiriéndose a España) para iniciar una nueva aventura profesional. En la página web del hotel, los propietarios presentan Ontinyent a sus compatriotas como “una ciudad medieval con una hermosa naturaleza”. Así destacan el casco antiguo de la ciudad, las fiestas de Moros i Cristians, la tradición textil de la ciudad y el Museo del Textil, así como el Pozo Claro o la proximidad con la Sierra de Mariola.