Esta noche del sábado 30 de marzo al domingo 31 de marzo, tendrá lugar el cambio de hora de verano 2024. Para que se haga efectivo este ajuste, debe adelantarse el reloj una hora. El momento preciso para hacerlo será en la madrugada del 31 de marzo, cuando ambas se conviertan en las tres.
Este sistema, adoptado por primera vez durante la Primera Guerra Mundial y más ampliamente durante la crisis energética de la década de 1970, busca optimizar el uso de la luz solar para disminuir la dependencia de la electricidad. Aunque el cambio horario es una práctica extendida en muchos países del mundo, también ha sido objeto de debate y estudio por sus efectos en la salud humana, la economía y el ahorro energético real. En los últimos años, ha habido discusiones tanto a nivel nacional como europeo sobre la posibilidad de eliminar el cambio de hora y mantener un horario fijo durante todo el año. Estos debates están impulsados por estudios que sugieren que los beneficios energéticos pueden ser limitados y que los ajustes horarios pueden tener un impacto negativo en el ritmo biológico de las personas.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha detallado que el potencial de ahorro en iluminación "puede llegar a ser del 5%", siempre que vaya acompañado de un "comportamiento racional" y el uso de "tecnologías de ahorro en iluminación". Un porcentaje que equivale a unos 300 millones de euros. De esa cantidad, “90 millones corresponderían al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por casa; mientras que los otros 210 millones de euros se ahorrarían en los edificios del sector terciario y en la industria”. Sin embargo, hasta la fecha, el cambio de hora sigue siendo una práctica vigente en España y en la mayoría de los países que la adoptan, a la espera de una decisión definitiva que podría alterar o eliminar esta medida.