Fabricarán textiles a partir de fibras recicladas procedentes del plástico

El reloj corre apresuradamente dentro de las instalaciones de la empresa Cotoblau en la avenida del Textil. Avanza hacia octubre. Ésta es la fecha. La frontera para que la mayor parte de la producción de la fábrica se voltee y pase a elaborarse a partir de hilo y fibra procedente del reciclaje de plástico PET, es decir lo que se obtiene fundamentalmente de botellas de este material.

Se trata de la mayor revolución textil en esta marca, que se ha convertido en un referente en Ontinyent, con más de 23.000 m2 de superficie, una plantilla de 220 trabajadores y una facturación récord en 2018, que alcanzó los 32 millones de euros. euros. Cotoblau es uno de los proveedores de Ikea, donde distribuye sus productos textiles sobre todo en el sur de Europa y el gigante sueco, comprometido con la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático, ha implantado políticas ecológicas muy exigentes a quienes quieran seguir suministrando en la multinacional.

Siete productos

A partir de octubre serán siete los productos que utilizan tanto fibras como hilos que no sólo proceden de material reciclado sino que, además, pueden volver a reciclarse. La apuesta por la economía circular afectará a más del 80% de la producción de Cotoblau, con excepción de los productos para bebé donde la política de Ikea sigue afianzada en las materias vírgenes.

“El cambio de mentalidad en la gente va muy rápido, cada vez hay más concienciación en que deben buscarse alternativas, hay que reutilizar y reciclar para no agotar los recursos naturales”, explica Cándido Penalba, cabeza visible de CotoblauS.A . y presidente tanto de ATEVAL como del Consejo Intertextil.

Cotoblau se suministra de plantas que reciclan el plástico PET en Rumania, India e Irlanda, “las que ofrecen mayores garantías” y en las que se asegura la trazabilidad de los orígenes del producto y el certificado que avala la cadena de valor desde la procedencia de esa materia prima hasta su frabricación en Ontinyent.
Penalba asume que este cambio incide en un ligero incremento de costes y en el precio final pero asegura que "se asume como responsabilidad social y, además, es un reto y una oportunidad que deben aprovecharse".