Helios Gisbert, la mente de dónde nació el Castillo de Fiestas

El concurso había quedado desierto. Algunos artistas a los que se les había encomendado el encargo declinaron la oferta. En el Ayuntamiento, quizás, se encontraban algo inquietos. El año siguiente, 1985, iba a ser importante porque la ciudad acogería el II Congreso Nacional de las Fiestas de Moros i Cristians. Se quería dar una buena imagen y se contaba con el impacto de la renovación del Castell de Festes. El viejo databa de la posguerra y, con casi medio siglo, había cumplido su misión.

Alguien tuvo la idea en la comisión de gobierno. El concejal Ximo Vilar fue el encargado de contactar y trasladar la propuesta. Su receptor era un artista ontinyentí, con solvencia y reconocimiento por su trayectoria: Helios Gisbert. Él sí que aceptó el ofrecimiento. Y se puso manos a la obra. “No era mi especialidad. Nunca lo había hecho. Yo no me dedicaba a esas cosas”, relata un pintor que ya contaba con premios y exposiciones en galerías prestigiosas.

LA OFICINA TÉCNICA
Pero en toda esta historia hay un punto de enlace, un desencadenante que hace que las cosas llegaran a buen puerto. "Fue definitiva la colaboración completa que tuve de la Oficina Técnica", subraya Helios Gisbert. Él había sido concejal de la comisión de patrimonio en la primera legislatura del reencuentro democracia municipal. Había complicidad. Y este factor facilitó mucho el trabajo. “Teníamos muchos retos: crear una estructura de metal que abrazara toda la fachada del Ayuntamiento; numerar todas las piezas, una a una… todo esto fue posible gracias a que se creó un buen equipo de trabajo con los funcionarios de la Oficina Técnica”.

El pintor nacido en Alcoy y afincado en Ontinyent desde los 18 años se inspiró en fortalezas como el castillo de Biar, “que es eminentemente de influencia musulmana, aunque introduje algunos elementos cristianos”. Sobre los planos y bocetos que iba trazando en su estudio, los detalles que aportaban los miembros del equipo creado servían para mejorar la materialización del diseño. El relieve de las esquinas. El acabado de los torreones. La propuesta de la puerta…

TALECÓN
En este rescate de los recuerdos, Helios no quiere dejar aparte la carpintería Hermanos Salvador (popularmente Talecó), “ellos se implicaron muchísimo y por eso el resultado fue óptimo”. Añade los días y noches pensando, soñando, maldormiendo, pendiente de la fabricación. Después del montaje, tan costoso, tan complicado la primera vuelta. Y ahora queda la satisfacción de un elemento emblemático de las Fiestas y la ciudad.

PROMOCIÓN
La réplica del Castell de Festes volverá a estar al alcance de los lectores deEl Periòdic d’Ontinyent a partir del próximo sábado 31, con la revista 'Orgullo de Fiestas'.