Tras meses de negociaciones y trámites, el pasado miércoles, 17 de abril, se firmaba la operación de compraventa que permitirá el regreso de Lidl en Ontinyent. La cadena de supermercados alemana ha adquirido una parte de una parcela de las instalaciones de Manterol. Era un secreto de dominio público desde septiembre, pero no ha sido hasta ahora cuando se ha cerrado la venta.
A principios de octubre, este diario ya informó que la cadena había solicitado al Ayuntamiento de Ontinyent la licencia de obras. A finales del mes de marzo se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) la aprobación de una modificación en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Ontinyent que afectaba justamente a la parcela en cuestión, permitiendo la segregación del suelo de esta empresa para que una parte deje de ser industrial y pase a ser de uso terciario, un paso legal necesario para permitir la instalación de un supermercado en ese punto.
Ahora, en cuanto a la solicitud de licencia de obras y la aprobación del proyecto del supermercado, desde el consistorio se ha requerido a Lidl un documento que no había sido entregado y necesario para llevar a cabo los trámites. Según fuentes municipales, esta sería una cuestión únicamente burocrática y que no supondría ningún inconveniente frente a la vuelta del supermercado a la ciudad. Paralelamente, para poder empezar las obras de la nueva superficie de alimentación, Lidl necesita la licencia de segregación de la parcela. Según fuentes consultadas, para obtener esta licencia, primero tendrán que demoler la parte de la nave en la que se ubicará el supermercado, para lo que necesitan un permiso especial, autorizado por la Conselleria, al haber presencia de fibrocemento con amianto. Los trámites podrán alargarse más o menos según el papeleo, pero la oficialización de la compra deja patente la intención de que Lidl vuelva a la ciudad más de dos décadas después del incendio que arrasó con el supermercado.