El fin de las mascarillas divide a la opinión pública de Ontinyent

Juan Vaello, Mª Carmen Belda, Aitor Cuco, Mª Pilar Donat

El fin de las mascarillas en interiores, anunciado este miércoles por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, marca un antes y un después en la pandemia provocada por el coronavirus. El tapabocas que nos ha acompañado a todos los sitios en los dos últimos dos años parece que formará parte del pasado, al menos de momento y salvo excepciones. La medida entrará en vigor el próximo 20 de abril una vez el real decreto que regula la nueva norma se publique en el Boletín Oficial del Estado.

Por el momento está claro que la eliminación no será total, sino que el tapacubos se mantendrá en algunos espacios como centros sanitarios, sociosanitarios y en el transporte público. Aún así, se trata del último paso hacia la normalización de la convivencia con el virus. Es por eso que esta semana nuestro equipo de la sección audiovisual 'Ontinyent En Viu', ha salido a la calle para preguntar a nuestros vecinos cómo han recibido la noticia. En el ambiente es palpable que hay opiniones muy diversas, están los que ven con buenos ojos la nueva medida, pero también quienes prefieren mantenerse escépticos y optan por pensar que se trata de una medida algo “anticipada”.

"Yo creo que es una buena medida porque la pandemia parece que va retrocediendo y de hecho se han celebrado grandes eventos y no se ha disparado la curva de contagios", comenta Juan Vaello, vecino de Ontinyent. Y a otros que hubiesen preferido que la medida se hubiera tomado más tarde. Éste es el caso de M. Pilar Donat: “Tengo un negocio al público, entonces tengo mis dudas. Hay gente que dice que es una buena noticia, pero yo creo que en los contagios que todavía están ahí me parece algo precipitado. Yo me hubiera esperado en verano, pero al fin y al cabo ellos son los especialistas”.

Pero más allá de tratarse de una cuestión puramente sanitaria y de protección frente al virus, su uso generalizado ha provocado el desarrollo de una percepción distinta del rostro humano. Y no es que lo digamos nosotros, la ciencia explica este fenómeno con el nombre de completado amodal. Esto ocurre cuando nuestra mente se inventa parte del rostro facial tapado por la mascarilla y que tiene como fruto la idealización de las imágenes que percibimos.

“Los profesores que tenemos este año los hemos conocido siempre con mascarilla y en algún momento dado que se la quitan dices: 'redad si no parece la persona que me esperaba'. Cambia mucho la gente”, comenta Aitor Cuco en el campus universitario. Desde una visión diferente M. Carmen Belda matiza que ella no ha tenido "ningún problema" al reconocer a la gente por la calle. “Yo suelo conocer a la gente, por el pelo o por los ojos nos conocemos. Normalmente, no hay problema y sí conoces a la persona”.