La humillación de Miguel Ángel Mullor en El Periòdic d’Ontinyent

Hay que reconocer que Miguel Ángel Mullor (presidente interino del Ontinyent 1931 CF y que será sustituido en junio por Juanma Bas) es un hombre de palabra. Aunque esto no siempre sea positivo. Él había amenazado con tropezar con el trabajo periodístico y ayer, finalmente, cumplió su palabra.

Los hechos. Partido Ontinyent-Canals, a punto de terminar, minuto 90. El equipo profesional de El Periòdic d’Ontinyent que desde hace tres años realiza el espacio Ontimaníacs dedicado a los partidos del Ontinyent se dispone a acceder al campo desde los vestuarios. Su objetivo: recoger imágenes de la celebración en el césped y las entrevistas de sus protagonistas. Puerta cerrada de los vestuarios (esto no suele ocurrir). El equipo vuelve a la tribuna y trata de acceder al campo desde el córner. Pero un miembro de la seguridad del estadio se dirige ostensiblemente: “no puede entrar, no puede acceder”. ¿Por qué? “Son órdenes del presidente. Son órdenes directamente de Mullor. Hasta que no pasen 10 minutos no puede entrar”. Y en un gesto que la honra añade: "lo siento chicos, no sé cosa mía".

El equipo de El Periòdic d’Ontinyent vuelve a la parte central de la tribuna a esperar. No han pasado ni 5 minutos. Ni siquiera 3, pero otros medios e, incluso, algunos aficionados que tienen costumbre de entrevistar, ya están sobre el césped y haciendo su trabajo. Nadie les había impedido el paso.

¿Una medida de la directiva que aporta cosas positivas al club? No. De hecho, minutos después algunos miembros de la propia directiva se desmarcaron de una decisión personal y unilateral de quien, todavía, es presidente. Simplemente una humillación de Miguel Ángel Mullor hacia El Periòdic d’Ontinyent. La tenía jurada. La cumplió.

El presidente en funciones tiene todo el derecho a cumplir su palabra (aunque ésta sea ridícula y destarifada). Nosotros tenemos derecho a contar las cosas. La obligación de narrar lo ocurrido.