Las empresas textiles del Valle de Albaida que producían mascarillas pasan de 20 a 7

Tras el estallido de la pandemia, el sector textil del Valle de Albaida se reconvirtió rápidamente antes las necesidades del mercado. Ante la falta de material sanitario en los peores momentos de la pandemia, muchas empresas de la comarca vieron la oportunidad, pero también la necesidad, de reconvertirse y ponerse en el trabajo en la producción de textil sanitario.

El sector consciente de la necesidad de adaptarse a este nuevo mercado puso en marcha en abril de 2020 Clúster Textil Sanitario. Sin embargo, tras el anuncio del fin del uso generalizado de las mascarillas, ratificado posteriormente por el Consejo de Ministros y publicado en el BOE, son muchas empresas del Valle de Albaida que han dejado de producirlas totalmente o parcialmente.

Pepe Serna, presidente de ATEVAL, remarca lo que ha significado el trabajo en los últimos meses de esta industria estratégica en un momento en el que el uso de la máscara queda relegado en la mayoría de los casos. “Una veintena de empresas trabajaron en la producción de las mascarillas. En estos momentos son sólo unas seis o siete las que siguen produciendo”, sostiene. “Hay algunas empresas que tienen esta sección parada, otras la utilizan esporádicamente. La demanda ha ido disminuyendo, primero cuando quitaron su obligatoriedad en el exterior hace unos meses y ahora con la nueva norma del interior. Lo que ocurre es que existe un exceso de oferta mundial”, explica a este Periódico el presidente de la patronal textil.

Las empresas rápidamente se especializaron y llegaron a producir hasta 20 millones de tapacubos mensuales. Así lo explica Serna: “En esa zona hemos llegado a producir entre 20 y 25 millones de máscaras mensuales“. En estos momentos la producción ha disminuido rotundamente. "Ahora la producción se sitúa en torno a los seis y siete millones mensuales".

Pero el sector no sólo se ha especializado en las mascarillas. Otros productos relacionados con la sanidad como detectores de temperatura, pantallas o arcos de desinfección también se exportaron desde Ontinyent. “Aquí lo importante es que también han participado talleres de producción de la zona como Tacome Lidem. Esto ayudó a que empresas de la maquinaria textil se introdujeran en la fabricación de maquinaria textil-sanitaria”, cuenta.