Existen ciertos recelos, incertidumbre y, aunque no se reconoce de forma abierta, “un poco de miedo” ante una vacuna que todavía es desconocida en España. "No sabemos el alcance real y si tendrá efectos secundarios, pero es la única arma de la que disponemos para hacer frente a la pandemia", expone un facultativo que trabaja en una de las residencias de mayores de la ciudad. Ni La Beneficència ni San Francisco ni La Saleta ni la residencia de discapacitados de Caixa Ontinyent tienen todavía una fecha clara para empezar a acometer la vacunación. Aunque ayer, domingo 27, arrancaba el proceso en toda España, lo único de lo que disponen los centros ontinyentins es de un protocolo.
ORDRE
Precisamente la comunicación facilitada a las residencias establece que en esta primera etapa, en la que las vacunas estarán disponibles en menor cantidad, se vacunarán primero "personas mayores y/o con discapacidad que viven en residencias y personal sanitario y sociosanitario que les cuida".
La vacuna, en cualquier caso, es voluntaria tanto para los residentes como para los trabajadores. Desde Salud Pública se ha solicitado a las residencias de la localidad que hagan una estimación de cuántas personas estarán dispuestas a entrar en esta primera fase, aunque los facultativos médicos recomiendan
que entre la comunidad íntegra de residentes y personal que les atiende, "aún no se puede obligar a nadie y hay que contar con el consentimiento", apuntan desde la dirección de una de las tres residencias de mayores de la ciudad.
Entre las indicaciones sanitarias se observa que se dará prioridad a las residencias que se encuentren fuera de situación de brote infeccioso. En este sentido, desde la Conselleria ya se ha remitido a la residencia de Sant Francesc la autorización para cambiar el plan de actuación interna después del último episodio de brote que se ha superado.