El ontinyentí Francisco Prieto vive su sueño profesional en Canadá

El ontinyentí Francisco Prieto vive en Montreal, Canadá, desde hace 6 años, donde ha podido dedicarse a lo que ha sido su sueño y su vocación desde muy pequeño: hacer videojuegos. Y eso que imaginaba con uno de sus hermanos, Santiago, y que para él era ciencia ficción, ahora se ha convertido en realidad. Después de estar 5 años trabajando en Canadá como artista 3D, a finales de 2018 ha entrado a formar parte del equipo deUbisoft, una de las empresas más punteras de videojuegos del mundo. Una de sus mayores virtudes ha sido ser autodidacta en lo que siempre le ha gustado y estar en continua formación.

Su vocación profesional ha sido el mundo del 3D y persiguiendo este objetivo, Francisco “buscaba salir de España. A través de unos ex compañeros de trabajo me metí en contacto con una empresa llamada Pixi creativo. Después de mucho insistir, enviar pruebas de trabajo y cientos de correos aceptaron ayudarme con los papeles de inmigración. Sin este trámite me hubiera sido imposible, puesto que las diligencias con el gobierno de Canadá son muy complejos”. Por eso, en agradecimiento a esta empresa, el ontinyentí cuando obtuvo la residencia permanente, “les preparé a todos monas de pascua y tortilla de patatas, les sorprendió a rabiar, ya que ya no trabajaba allí”, cuenta como anécdota.

Francisco proviene de una familia muy implicada en el sector de la restauración y la gastronomía, en el que él también ha estado implicado. “Estuve trabajando una temporada por la crisis, pero estoy muy contento porque he podido recuperar mi camino profesional. A pesar de que considero que se me da bastante bien, teniendo en cuenta que tuve una maestra increíble, mi madre, nunca ha sido mi vocación”, explica.

Precisamente, una de las cosas que más le ha chocado de Canadá ha sido la forma de comer de allí, “yo venía muy acostumbrado a guisar ya comer de casa, y aquí no tienen tanta costumbre de hacerlo. Por su parte, los canadienses son increíblemente gentiles y educados, pero mucho más reservados que nosotros. Se echa de menos la extraversión de la gente de Valencia”. La meteorología también ha sido toda una sorpresa, “ninguna ropa de España aprovecha para ese frío. Cuando sales un rato debes equipararte muy bien, con mallas térmicas, dos camisetas térmicas, el abrigo de invierno, botas y crampones. Aparte de esto, el horario de los canadienses está menos 2 horas más pronto”.

Si algo echa de menos de Ontinyent es la comida. “La torta de Fira, de horno, las alcachofas, las longanizas, los pimientos, ¡ay los pimientos!”, afirma con nostalgia.