De las acciones delictivas que se cometieron la semana pasada en el diseminado de Ontinyent quedan algunas conclusiones. La primera de ellas que se trató de una de las jornadas (viernes 4 de noviembre) más negras en cuanto a los robos se refiere. En segundo lugar que los ladrones buscaban dinero y joyas y esto condicionó su 'modus operandi'.
Según explicaron vecinos afectados y fuentes cercanas a las fuerzas de seguridad, al menos fueron una veintena de casos los que se sucedieron en una misma jornada, en una franja horaria entre las 20 horas y la medianoche de ese viernes. Esa veintena de casos ha trascendido porque a lo largo de toda la semana se han ido registrando en forma de cascada las respectivas denuncias.
Tal y como se ha observado en la mayoría de los casos, los asaltantes empleaban no más de 15 minutos en cada chalet al que entraban, en algunas ocasiones después de forzar puertas, ventanas e incluso neutralizar a los perros había en la parcela o dentro de la casa. Una vez en el interior desestimaban aparatos de tecnología y objetos de valor por ir, directamente, a por dinero y joyas. Todo lo que pudieran llevarse a los bolsillos.