Los centinelas, un cargo a reivindicar por su relevancia en los versos de Cervino

El lunes de fiestas el olor acre de la pólvora quemada invade la plaza Mayor. En medio del ruido, entre pausa y pausa, los vibrantes parlamentos cobran protagonismo en un mar de humo. Son las Embajadas. Un canto a las antiguas glorias medievales escritas a través de 528 versos por el literato Joaquín. J. Cervino Ferrero. Uno de los actos centrales de las fiestas, donde la pólvora y la palabra se mezclan en una jornada de apoteosis. Unos textos que en 2018 serían puestos en valor, después de que las Embajadas y la Bajada del Cristo de Ontinyent fueran declaradas Bien de Interés Cultual Inmaterial (BIC), por parte de la Conselleria de Cultura.

En el texto de JJ Cervino aparecen citados seis personajes, sin embargo, hay dos que aunque durante la recreación teatral sí interactúan, durante las fiestas no ostentan el papel de cargos. Ellos son los centinelas, los protectores del castillo. Para estas fiestas, estos personajes este año los protagonizan Joan Cucart, por parte del bando cristiano, y la comparsa Arquers y Sara Folgado, del ejército de la media luna, por la comparsa Omeyas. En el caso de Juan (soldado cristiano), es quien abre la embajada del moro, por la mañana: "Insigne villa, en quien el cielo santo / Derramó a manos llenas sobre bondades, Y en los días de gozo fue tú escudo". Son los versos que Cucart pronunciará el próximo 29 de agosto, desde las almenas del castillo de madera, y ante un público que, como cada año, observa con entusiasmo la representación histórica. Fue su padre, Juan Cucart (banderero), quien le propuso que fuera centinela para las fiestas de 2020. Sin embargo, la pandemia llegó y todo se paralizó. Sobre los nervios, ahora que quedan pocas semanas, así les define Joan: “Tengo el gusanillo ese de la tripa, que te recuerda que ya queda poco. Pero al final creo que los nervios son positivos, siempre estarán ahí, sin embargo, he hecho teatro y eso me ha ayudado mucho”, comenta.

Por la tarde es el turno del embajador cristiano que, con sus versos trata de recuperar la villa de las manos musulmanas. JJ Cervino destina pocas líneas al centinela moro, pero lo describe como simple, un charlatán —'Hablador eternal, cumple tu oficio'—, relatan los versos. Es en ese punto, en el que Sara pasa la acción y cobra protagonismo. Se trata de la primera vez que esta joven ontinyentina sale a las fiestas, por lo que la ilusión y el entusiasmo se han adueñado de ella. “Mis padres no son de Ontinyent, llegamos aquí desde un pueblo de la Huerta de Valencia cuando yo era pequeña. Mi relación con las fiestas siempre ha sido de espectadora”, subraya Folgado, quien poco a poco, Entrada tras Entrada, fue desarrollando ese sentimiento hacia la fiesta, que sólo se entiende cuando se vive desde dentro. Poco a poco se acercan los días grandes, y así lo está viviendo ella: “Estoy generalmente tranquila, me sé el texto, aunque siempre puedes equivocarte, y existe esa posibilidad de no dar bien el pie de texto a la persona que va detrás, también tengo un poco de miedo a tropezarme (ríe), pero generalmente bien, tengo memorizado el texto y no lo envolveré en exceso”, concluye.