Esta pasada semana estaba previsto que se hubiera incorporado la juez del juzgado número 3 de los de Instancia e Instrucción de Ontinyent. Sin embargo, la juez sustituta que debió de llegar se encontraba de baja por enfermedad y comunicó que se mantiene en esta misma situación. La ausencia de juez/a en el número 3 se prolonga desde que el pasado 23 de abril se fuera la anterior que ocupaba esta plaza. La sede judicial vacante está causando grandes perjuicios al funcionamiento de la justicia en la ciudad. Así lo atestiguan los diferentes profesionales consultados por este diario, tanto abogados como procuradores, que han coincidido en valorar numéricamente la ruptura de esta situación: más de 100 juicios y cerca de un millar de casos que requieren algún tipo de trámite están afectados. A la espera de la asignación de un nuevo juez/a, lo que podría darse hoy mismo según las últimas informaciones, la coyuntura de parálisis y retraso sigue creciendo en este juzgado número 3 de Ontinyent.
Cabe recordar que el número 3 es el juzgado especial designado para los casos de violencia de género. La celebración de vistas no ha sido interrumpida en este ámbito, según explican los profesionales adscritos, ya que "de los mismos se ocupan los jueces de los otros tres juzgados, siendo lo que está todos los días de guardia el que asume estas competencias". No ocurre lo mismo con el resto de instrucción de los otros trámites. Las quejas, fundamentalmente, se centran en la carencia de información oficial y en ausencia de un sistema de coordinación. "Cada día es una odisea. No sabemos si habrá juez o jueza o no para dirimir la vista oral. Nadie notifica nada. Así que hay que presentarse y esperar. Cuando se confirma que tampoco hoy tenemos juez, los implicados se marchan a casa", explican los profesionales. Y todo esto ocurre en la calle porque no hay salas de espera en las instalaciones.
A la hora de pedir valoraciones sobre la situación que se arrastra desde el pasado 23 de abril, tras la marcha de la jueza del juzgado número 3, las opiniones son demoledoras: "la situación es caótica, tercermundista", explica un abogado. "Estamos ante una pésima realidad", corrobora un procurador consultado por este rotativo. Aparte del contexto actual, hay que anotar lo que se arrastra desde hace meses. Se calcula que existen alrededor de un millar de casos civiles que todavía no se han resuelto. En algunos procedimientos, tal y como indica uno de los letrados, "estamos pendientes desde 2022". Y la media de tiempo de espera para una sentencia, según otro ya "supera el año desde que estamos pendientes". Entre los profesionales vinculados a la justicia en Ontinyent está la sensación compartida de que "se trata de una plaza de difícil cobertura, nada deseable para los jueces, a lo que se añade todo el trabajo que se va acumulando. Es algo que asusta".