Objetivo: salvar el origen del textil

Foto: Irene Ribera

“El Barranco de los Naranjos de Ontinyent- Barranco de la Fos de Bocairent esconde un tesoro patrimonial que actualmente amenaza con la ruina. Sus molinos hidráulicos enlazan con los orígenes de la tradición textil de estos dos municipios, al tiempo que conforman un verdadero mosaico de la actividad batanera de los siglos XVIII a XX, precedentes de la industria textil más moderna del Valle de Albaida”. Así comienza el TFM del Máster Universitario en Patrimonio Cultural: Identificación, análisis y gestión de la Universidad de Valencia de la ontinyentina Irene Ribera Sanz. Un trabajo con el que esta joven quiere no sólo hacer valer el patrimonio local, sino también dignificarlo y darlo a conocer.

Los batanes como precursores de la industria textil.
Tal y como explica Ribera en su investigación, los molinos hidráulicos del Valle de Albaida tienen una característica muy particular, y es que en ellos “el martilleo de los batanes empezó a tejer un patrimonio común: el textil”. La primera constatación de un molino de estas características en la comarca data de 1248, pero según lo publicado por esta estudiante, habría que avanzar hasta la segunda mitad del siglo XV para encontrar el origen de esta tradición industrial. Ontinyent, junto a Bocairent, Cocentaina y Alcoy, concentraba el mayor número de batanes y molinos de toda la Corona de Aragón.

Actualmente, muchos de los molinos que incluían batanas en el Barranco, han desaparecido, pero todavía se pueden avistar los restos de antiguos molinos. En concreto, la ontinyentina identifica en su TFM un total de nueve molinos “setecentistas y ochocentistas, que se dejan entrever entre el frondoso bosque de ribera, regado por el curso alto del río Clariano”.

Molinos protegidos como Bien de Relevancia Local
La totalidad de los nueve molinos y batanes identificados en esta zona son de titularidad privada y están protegidos como Bien de Relevancia Local. Ribera explica que aunque se promueve que sean conservados, esta catalogación "no supone ninguna obligación para los propietarios".

Las edificaciones hidráulicas son conocidas con el nombre de bien sus primeros dueños, bien aquéllos que fueron más relevantes en su historia. Estos molinos son: el Molino de Toribio, datado de 1790; el Molino Patiràs, de 1829; el Molino de Luna, construido por primera vez entre los siglos XVIII-XIX; el Batà de Ángela Pasqual Calatayud, de finales del siglo XVIII; la Fábrica Textil de Julians o de Mora, de principios del siglo XIX; la Fábrica-Molino de los Beneitos, datado alrededor de 1850; la Fábrica Textil de Pepe Juan, de la misma fecha aproximada que la anterior; el Molino-Fábrica del Primero, del año 1822; y el Molino de Luna Sempere, que se ama fue construido antes de 1733.

Reconversión después de la Guerra Civil y el franquismo
A principios del siglo XX la industria textil de Ontinyent y Bocairent no vivía una mala época, pero como explica Ribera, el estallido de la I Guerra Mundial provocó que la demanda exterior de sus productos cayera de forma considerable y el sector entrase en crisis. En cambio, durante la Guerra Civil "la potente industria valldalbaidina se encarga de proveer mantas al ejército republicano ya las milicias, que se convierten en los principales clientes", se extrae del TFM de esta ontinyentina, doble graduada en Historia y Turismo.

"Más tarde, la autarquía de los primeros años de la dictadura franquista provocó una necesaria dependencia del producto nacional y, por eso, la inversión en la manufactura textil no decayó". Por último, los avances tecnológicos dejaron los batanes y los molinos obsoletos. Empezaron entonces su abandono y su decadencia, a pesar de que algunos intentaron reconvertir su actividad, como la producción de energía eléctrica, consiguiendo una supervivencia que sólo sería “temporal”. Así, poco a poco fueron dejando de ser económicamente viables, provocando el cese de su actividad y su desatención.

Una ruta cultural vinculada al Museo Textil
Con toda esta investigación Irene Ribera ha elaborado una propuesta, la creación de una ruta que haga valer el patrimonio hidráulico del itinerario Barranco de los Naranjos-Barranco de la Fos. El trazado diseñado aprovecharía la existencia del sendero actual, PR V-122, de sobra conocido por la ciudadanía de Ontinyent y Bocairent. Esta ruta turística y cultural estaría compuesta de un total de 8 puntos, en cada punto se establecería un mástil con un código QR, que a través de una App móvil daría acceso a una pista de audio. Cada uno de estos puntos no contaría la historia particular de cada molino, sino más que eso. “La ruta es un paseo por la historia, funcionamiento, arquitectura y tradición de los molinos hidráulicos del barranco. Un trazado donde el caminante aprenda sobre las numerosas temáticas intrínsecas en el patrimonio molinar” explica.

La historiadora ha tenido en cuenta todos los detalles a la hora de preparar esta ruta, tanto los palos identificativos, el hecho de que la ruta pueda realizarse en ambas direcciones, la información de cada pista de audio, una idea de cómo sería la app e incluso una imagen corporativa y el presupuesto de todo el proyecto. “Me gustaría que la ruta la gestionara el futuro Museo Textil. Al fin y al cabo, los batanes son los orígenes del textil y podría ser una opción más dentro de su actividad” espera Ribera, quien quiere presentar el proyecto próximamente a la Fundación del Museo Textil de la Comunitat Valenciana.