Después de tres semanas desde que se registrara el foco en Ontinyent y la primera víctima mortal causada por el coronavirus, en los últimos once días no es necesario lamentar defunciones por esta causa. Además, uno de los mejores barómetros de la situación lo indica el servicio que realizan los Técnicos en Emergencias Sanitarias. Sus traslados por posible Covid-19 han descendido.
Son uno de los sectores sanitarios más expuestos en la enfermedad. Ellos son los primeros que contactan con las personas infectadas, antes que médicos o personal de enfermería. Reconocen que están viviendo momentos duros, salpicados con fases de lágrimas o risas. La tensión se va acumulando sobre su espalda. Algunos de ellos, como explica José Luis Azorín “llevamos semanas aislados de nuestras familias, lo hemos hecho para proteger a los nuestros, sobre todo en los casos donde tenemos familiares con riesgo”.
Los Técnicos de Emergencias Sanitarias que trabajan en la base de Ontinyent, en el centro de salud de la Avenida de Albaida, son un indicador para conocer el estado general de la enfermedad en la ciudad. Ellos se encargan de trasladar lo posible COVID, directamente, en el hospital Lluís Alcañiz de Xàtiva. “En la última semana ha descendido mucho el traslado de posibles casos. La cosa va mucho mejor en Ontinyent. En las semanas anteriores no se detenía. El ritmo era frenético. Nosotros nos encargamos del traslado tanto de Ontinyent como de las poblaciones vecinas de la comarca”, apunta Azorín.
La flota está integrada por tres vehículos: una unidad de 12 horas, un Soporte Vital Básico y una ambulancia especializada para el traslado de posibles Covid. Cuatro técnicos asisten a cada turno.
Coinciden con las reflexiones que ya ha realizado el personal sanitario en muchas de sus reflexiones. “Al principio era todo un caos, no disponían de la información necesaria, no había suficientes medidas de seguridad, trasladábamos a un posible Covid y nos enterábamos cuando ingresaba. Ahora hay mucha mayor seguridad. Los protocolos van cambiando y mejoran todos los días”. Su trabajo es esencial en esta crisis y no siempre se valora con la importancia que requiere.