Ontinyent completa la restauración del emblemático Pont Vell y lo reabre al tráfico de peatones y bicicletas

Ontinyent reabría este viernes al tráfico de peatones y bicicletas el emblemático Puente Viejo, un destacado elemento patrimonial del municipio datado en 1501, que ha sido sometido a una intensa actuación de restauración después de detectarse en él importantes daños estructurales, además de los problemas estéticos que ya venía presentando.

El alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, quien visitaba el puente acompañado de los concejales Natàlia Enguix, Óscar Borrell, Pablo Úbeda y Sayo Gandia, recordaba que después de una primera intervención en 2019, se unificaron las tres fases restantes del proyecto encargado al Instituto de Restauración del Patrimonio y Grupo de Investigación sobre paisaje y arquitectura rural de la Universidad Politécnica de Valencia, con una inversión de cerca de 600.000 euros financiada por elAyuntamiento y la Diputación de Valencia. En palabras del alcalde, “es una obra que marca un antes y un después en el cuidado y valorado de nuestro patrimonio, una actuación que además nos permite potenciar el atractivo turístico del puente y su entorno, que durante demasiado tiempo había pasado desapercibido en ese sentido”, señalaba.

Desde el equipo redactor del proyecto de la obra, Miguel del Rey, responsable del mismo junto a Antonio Gallud, calificaba el puente de “pieza casi única, es el mejor puente en el sufo de Valencia y presentaba una gran necesidad de intervención”. Del Rey exponía que desde la cimentación hasta la estabilidad del puente todas las estructuras estaban en mal estado, llevándose a cabo inyecciones de materiales de mayor calidad como fibra de carbono, anclándose los muros perimetrales, atado de los arcos frontales de los muros entre sí, "actuaciones que no se ven, ya que parece que sólo se haya limpiado, pero el trabajo estructural ha sido muy grande", destacaba. Además se han sacado a la luz tanto la base de la torre albarrana como los antiguos bancales de huerta adyacentes que se habían perdido, un tercer ojo del puente y un tajamar. El arquitecto destacaba el buen trabajo llevado a cabo por la empresa que ha ejecutado las obras y por el Ayuntamiento, al que agradecía las facilidades para llevar a cabo de la mejor forma una actuación “que era muy necesaria”.