Pepe Ureña: "Las redes sociales han acabado con el modelo de asociación vecinal"

Pepe Ureña, portavoz de la Asociación Vecinal de Sant Josep, entró en la asociación por un llamamiento de ayuda de la presidenta de entonces, Dolors Alsina, hace más de una década y el cargo que ha ostentado es tesorero.

-Actualmente la Asociación Vecinal de Sant Josep no tiene un presidente, ¿cómo se está funcionando?

“El presidente Jesús Ramos dimitió el año pasado por motivos personales y desde entonces estamos funcionando con las personas que estamos en la junta, cada uno haciendo aquellos trabajos que podemos y sabemos. La gestión lleva una rutina según el momento del año en el que se encuentra. En mi caso soy tesorero, actualmente hago funciones de secretario y también de portavoz, para que me encargue de la comunicación. La ilusión es que entrase un relevo, porque estamos en una tendencia de bajada en los socios que actualmente está en torno a los 200: entre menos de los que salen. La pandemia también ha supuesto un paréntesis, de hecho hace dos años que no hacemos boletín informativo, ni cobramos la cuota a los socios”.

Es una situación motivada por la Covid-19?

“En efecto, la pandemia hace que nos quedemos sin local, porque estábamos en el Chalet de las Bolas. Era un local compartido por varios colectivos y al empezar la pandemia nos comunican que este espacio lo necesita el personal del SAMU y nuestras cosas de momento almacenadas están en dependencias municipales. No sabemos si después de que se inaugure el nuevo Hospital, previsto para 2023, regresaremos al Chalet de las Bolas o se quedaremos en el nuevo centro cívico que se abrirá en septiembre en el parque Mestre Ferrero. Esto está en el aire”.

¿El nuevo centro cívico era una de las instalaciones más esperadas?

“Por supuesto. Se han ido peleando varias opciones como el Centro Comercial o un bajo en la Plaza de la Concepción. Por último será en el parque Mestre Ferrero. En metros el local será parecido al espacio que teníamos, pero la ubicación es muy buena, porque hay mucho paso de gente, a diferencia del parque del Chalet de les Boles, que no deja de ser un oasis. Hace muchos años que la asociación se hacía yoga y risoterapia, pero a cargo de particulares. La diferencia es que en el nuevo espacio el Ayuntamiento de Ontinyent asume la gestión de la programación de actividades que se ofrece para toda la ciudadanía de mañana y de tarde. Es un modelo equivalente al del centro cívico del Llombo. La asociación tendrá un despacho, que es suficiente para nosotros”.

¿Qué le parece que sea un local alquilado, hecho criticado en las redes sociales?

“Pienso que dar solución en pocos meses a tener un centro cívico en condiciones requería una iniciativa como ésta, aunque sea de alquiler. Después el Ayuntamiento ya determinará si quiere hacer estable el servicio y si es necesario un espacio de propiedad municipal. Yo también creo que a medio plazo es mejor comprar que alquilar, además, se dota de servicios públicos en el barrio”.

¿Cuál es la prioridad para el barrio?

“El barrio de Sant Josep está bastante bien dotado y en cuanto a la reurbanización de las calles estamos en sintonía en el Ayuntamiento de Ontinyent y, en ocasiones, en poca sintonía en algunos vecinos, porque apostamos por vías que tengan aceras más anchas , sacrificando estacionamiento de coches. Dentro de las obras de compensación de Egevasa en el consistorio, nuestra prioridad es que se reurbanice la calle José Simó Marín, porque es un eje principal del barrio que aglutina varios servicios públicos y comerciales y que cuenta con un tráfico de personas muy elevado a diario . Requiere una actuación de forma prioritaria. Si con el tiempo pudiera peatonalizarse o al menos que no se aparcara, sería perfecto. Además, una vez que esté el Hospital nuevo y el actual se convierta en un centro hospitalario para enfermos crónicos, habremos conseguido que sea un edificio vivo, con afluencia de personas en el barrio. En un principio queríamos un centro para la tercera edad, pero los políticos nos han convencido de que el hospital de crónicos es una necesidad no sólo por la ciudad, sino por toda la Comunitat Valenciana”.

El colectivo vecinal al que pertenece se ha manifestado en favor de la propuesta de remodelación de la Plaza de la Concepción. ¿Qué les convence?

“Estamos de acuerdo con la línea: más peatones, menos coches. Creemos en el proyecto actual en ese sentido. El tema de la cenefa en zigzag es secundario. Si la gente quiere mantener ese dibujo que se mantenga. Para nosotros la prioridad es que sea peatonal, un espacio como Sant Domingo, que es una plaza que se disfruta mucho, un espacio libre para el disfrute de todas las personas que van. Y si lo piensas, ¿en Sant Domingo hay aparcamiento? No. ¿Pero la gente va? Sí, nos hemos acostumbrado a llegar a pie”.

¿Cree que el asociacionismo está vigente en la sociedad actual o la aldea global requiere otras herramientas participativas?

“El asociacionismo nació todavía en los últimos años de dictadura como una participación ciudadana, en un momento en que no había otra forma de comunicación. Pero las redes sociales han terminado con las asociaciones vecinales. Yo no me siento que represento a 19.000 residentes que tiene el barrio, porque no me han votado, ni hablo por todos. Facebook es donde aparecen las críticas, se habla de todo y se crea un foro. De hecho, los políticos Facebook lo miran, porque a veces hay críticas como hay una palmera por podar y al día siguiente la pueden. Es una herramienta muy directa. Nosotros hemos dinamizado esta ventana. Si bien es cierto, que entre las asociaciones y el Ayuntamiento existe una relación de necesidad: nosotros recibimos subvenciones y los políticos reciben el apoyo en los temas de ciudad, como ordenanzas y presupuestos o nuevos proyectos”.

¿El barrio se ha hecho mayor para incluir las necesidades de cada zona en un solo colectivo?

“Somos una asociación de un barrio muy grande, a diferencia de Sant Rafel que es el barrio mejor dotado y que ha trabajado mucho para conseguirlo. Aquí finalmente se ha producido la creación de una nueva asociación en la plaza Ausiàs March zona con un problema puntual, probablemente al igual que el parque Mestre Ferrero, pero en este último caso no salió nadie a encabezar el vecindario. Es un tema complicado ser un barrio que aglutina a más de la mitad de la población de toda la ciudad”.