Quieren cargarse Los Alforins

Para vender una botella de vino es necesario vender toda la historia de un territorio, todo un paisaje y el atractivo de poder visitar el origen del que procede. Lo explican los bodegueros que llevan trabajando años en Els Alforins, que han acariciado la identidad de lo que se bautizó como 'Toscana valenciana' con la marca Terres dels Alforins y que, ahora, ven amenazado este triángulo que integran Fontanars-Moixent-La Font de la Figuera, con la eclosión de una “burbuja fotovoltaica”.

9 proyectos
Hasta el momento, según ha trascendido, ya hay 9 proyectos en marcha, en vías de presentación de documentos y tramitaciones previas, para acometer instalaciones de energía fotovoltaica en mitad de terrenos rodeados de viñedos y agricultura tradicional.

Sostienen los representantes de Terres dels Alforins que “esta actividad industrial provocará daños irreparables en unas parcelas que ya nunca podrán volver a tener el uso agrícola que tuvieron”, en palabras de su presidente Rafa Cambra. Los grandes fondos internacionales de inversión industrial fotovoltaica se han cebado en la zona y están adquiriendo o alquilando grandes extensiones para sus futuras instalaciones. Un hecho es que puede convertirse en la punta definitiva para la agricultura mediterránea de secano. Y que pone en serio en peligro la viabilidad de vinos que han logrado en los últimos años un gran reconocimiento en el ámbito nacional e internacional.

"Estamos de acuerdo con la transición energética, con las energías renovables, somos viticultores y sufrimos los cambios climáticos… pero no puede ser a costa de destruir un paisaje y el gran potencial de turismo enológico que tiene", expone Rafa Cambra quien cuestiona que “el impacto de todas estas infraestructuras industriales” tendrá su incidencia y provocará “transformaciones del territorio, que sin duda alguna, destruirán el paisaje rural, ese intangible que nos identifica con nuestros cultivos, con nuestro trabajo vitivinícola y con los nuestros ancestros”.

En todo caso, se trata de inversores, a veces extranjeros, que llegan con el propósito de crear plantas de hasta 200 hectáreas. Curiosamente, Terres dels Alforins surgió como reacción de protesta al intento de crear un vertedero en Moixent. Ahora, vuelve a ponerse en pie de guerra para defender una agricultura y un territorio.