Rafael Esteve, el hombre de la piedra de Cristo, ahora preside la Purísima

A Rafael Esteve no se le reconoce en la primera hilera. Porque él ha sido siempre una persona discreta, mezclado entre los del equipo, sin hacer gala de posición. Eso sí, él siempre se acuerda acompañando a Morenet. De pequeño, con la muleta para calzar los andes de la imagen. Luego, con los años, soportando el peso de la figura como un andero más.

Pero la importancia de Rafael Esteve va más allá porque su
responsabilidad se convierte en un hilo conductor, de año en año, desde 1974.
En esa fecha, Rafael Esteve heredó de manos del 'señor Moran' una piedra.
No era una piedra cualquiera. Sí, era un cantal de río redondeado por el paso del agua.
Pero la simbología de ese elemento era significativa. Aquella piedra, desde los
años 30 del siglo pasado, cumplía una función imprescindible. “Con dos toques
fuertes y secos”, tal y como explica el propio Rafael Esteve, era capaz de levantar las
andas y hacer mover a Cristo o detenerlo para descansar. Dos golpes sobre la
madera con el fin de armonizar la carga en el mismo momento, todos a una, y para
marcar el paso.

Casi medio siglo repitiendo el ceremonial de los toques de piedra y ejerciendo el
papel de organizar andes y anderos, una figura que no se ve pero que siempre
está ahí, en la Baja del Cristo de la Agonía, en la procesión general de su día
en las Fiestas o en la Pujà el día del regreso a la ermita de Santa Ana.

PURÍSIMA

Hace siete años, Rafael Esteve fue también reclutado para integrar una nueva junta
de la Asociación de Fiestas de la Pursísima. El nuevo presidente, Salvador Pastor,
le otorgó la confianza para que se encargara del ámbito de las infraestructuras
y, más concretamente, de la organización de los andes de la patrona. Era una
función similar a la que ya desarrollaba con Cristo pero, ahora, cambiando fechas
de celebración e imagen a procesar.

PRESIDENTE POR ACCIDENTE

Rafael Esteve ha estado dentro de esta última junta de la Purísima hasta que
Salvador Pastor ha concluido su mandamiento. En la asamblea extraordinaria del
pasado 6 de marzo fue designado presidente de la junta gestora que debe regir el
proceso electoral. Era el mayor con 73 años. El estado de alarma decretado la
semana después ha paralizado la carrera electoral que apenas acababa de
empezar. Y Rafael Esteve prolongará su nombre como máximo representante. “No
es un mérito, son las circunstancias, pero es un gran orgullo”.