Retoman la vuelta al mundo en catamarán

La familia Mora Conejero, tres años después de su regreso a su país natal, han decidido reanudar su proyecto de vida que dejaron hace un tiempo atrás. Esta vez, lo han hecho con un nuevo integrante en la tripulación: su hijo Erik, de 2 años, y también con un nuevo barco, el catamarán Niu.

Maria Conejero, explica que, para todos, pero sobre todo para su hija Sara, "queremos seguir viviendo nuevas aventuras en familia y descubrir nuevos países". El enfoque que tiene este viaje, según cuenta ella es “conocer a gente y niños de otras culturas, con otras costumbres e idiomas, colaborando así con la economía familiar”.

No es fácil sufragar los costes de un viaje que no dispone de fecha de regreso, por lo que han decidido “amortizar el catamarán de alguna forma. Vienen familias a bordo para pasar algunas noches y nosotros, a cambio, les mostramos las islas de San Blas en Panamá, que es donde estamos ahora mismo”. La intención que tienen en los próximos meses es “conseguir que nuestro estilo de vida sea nuestra fuente de ingresos”. Sin embargo, la idea -futura- de volver a vivir en una casa todavía les persigue. María confirma que “queremos vivir esta experiencia ahora y, aunque Jorge es más que vivir en cualquier parte del mundo, las niñas y yo somos mucho de 'La Terreta'”.

Sin embargo, la ruta del viaje la tienen fijada en sus mentes. Según describe Conejero, “queremos cruzar el Canal de Panamá hasta el Pacífico, Islas Galápagos, Tuamotu, Las Marquesas, Tahití, Islas Cook, Tonga, Fiyi, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda y Australia. "La meta no es dar la vuelta al mundo, pero si lo conseguimos sería genial".

“Respetando los vientos alisios y las temporadas de huracanes podríamos salir desde Australia hacia Indonesia, Filipinas, Vietnam, Malasia, Singapur, India, Maldivas, Madagascar, Mozambique, Tanzania… Y si nos quedan fuerzas e ilusión, continuaríamos para finalizar llegando a Egipto y el Mediterráneo con Turquía, Grecia, Italia, Túnez, Islas Baleares y volveríamos a casa”, relata también Maria.

Tanto Jorge como María como los tres pequeños de la casa “estamos muy contentos con el nuevo barco. Hemos cambiado de navegar en monocasco en un catamarán. Ahora ganamos en espacio y en intimidad”. Así pues, ya han vuelto a encontrar su camino, pero ellos retractan estos años "de mucha incertidumbre y esfuerzos, así como de proyectos frustrados".