"Solo quiero tener la tranquilidad de ir al médico sin temer un abuso sexual"

Clara acudió a una cita hospitalaria y sufrió lo que nunca debe sucederle a ninguna mujer. Sufrió uno abuso sexual. En un recinto sanitario donde debería haberse sentido segura y protegida. De manos de un profesional de la medicina que debía haber procurado por su integridad y por su salud. Los hechos aún deben ser descritos como presuntos o supuestos para que sigan pendientes de juicio penal. Clara, es un nombre ficticio. Detrás se oculta una mujer de 47 años con una fractura psicológica y emocional después de lo sucedido. Pero es una persona de carne y hueso que ahora espera la intervención de la justicia y que sólo busca que "ninguna mujer vuelva a pasar lo que yo he pasado".

Estado de choque

Los hechos (volveremos a marcar como presuntos para no vulnerar la presunción de inocencia previa a sentencia firme) sucedieron en en abril. Clara salió de esa habitación del Hospital con miedo y en estado de choque. Seguramente no podía dar respuestas a lo que le estaba ocurriendo. Por eso tardó tres días en acudir a su cita con la médico de cabecera donde rompió su bloqueo interior y acabó contando todo lo sucedido. Se sintió arropada por los propios médicos del centro de salud y por la dirección del propio Hospital que recomendó denunciar los hechos.

A partir de ese momento se precipitaron la detención del médico cirujano en el propio Hospital, un juicio rápido en el que se decretó una orden de alejamiento y el señalamiento para una posterior vista judicial. Sin embargo, nada había terminado. Se abrió un auténtico infierno interno que Clara ha estado tratando de gestionar durante medio año.

Intento de suicidio

“No podía dormir. Tenía miedo a salir a la calle y encontrármelo. Siempre he sido una persona jovial, pero desapareció el buen humor. Todo estaba afectando a mi entorno más cercano. El sufrimiento es indescriptible”.

Las consecuencias físicas también fueron notables. Se acentuó su problema de bajadas de azúcar y fruto de un mareo sufrió una caída en la que se fracturó el escafoides. Empezó a deslizarse por una pendiente depresiva que le condujo a una situación insostenible. “Quise saltar por un puente, levantarme de en medio. No podía evitar sentirme como una basura, la peor”.

Fue un vecino quien evitó la tragedia. Clara, en tratamiento psiquiátrico, ha tenido que empezar a gestionar la ira, la rabia, la frustración frente a lo ocurrido. "Tengo unos valores que están por encima de todo esto", asegura. Y reconoce que “es como si hubiera sufrido una operación que me ha dejado una marca, una cicatriz muy visible”.

Valentia

Sin embargo, Clara se ha empoderado de su situación y demuestra su superioridad moral ante el atacante. "La justicia debe hacer su trabajo, pero si es un enfermo, que se rehabilite, pero que no lo pague con las mujeres". Precisamente su denuncia, asegura convencida, “ha evitado más casos que se habrían producido porque esa persona ya tenía antecedentes”.

Clara pretende buscar una utilidad en el abuso sufrido. Piensa en tantas madres, hijas, hermanas… cualquiera podría ser víctima. “Creo que no se trata de publicar la noticia del suceso o la detención y ya está. Detrás existe mucho sufrimiento al que no podemos ser ajenos”. Por eso anima a que las mujeres superen el bloqueo y el miedo que las puede atenazar. “No hace falta callar. Debemos luchar porque estas cosas no ocurren. Siempre encuentras a gente que te acompaña y te ayuda".

En el personal, mientras espera la resolución judicial de su caso, Clara aspira a “tener una vida normal, en equilibrio; pasar página. Sólo quiero vivir sin miedo, que esta persona nunca vuelva a doler, que no se salga con la suya, que las mujeres tengamos la tranquilidad de ir al médico sin temer abuso sexual alguno”. La valentía de Clara para explicar su sufrimiento es la palanca para mover esa injusticia.

Incremento de la violencia sexual

El incremento de delitos vinculados a abusos y agresiones sexuales es uno de los índices preocupantes en el último año en cuanto a la seguridad ciudadana en Ontinyent.
En este sentido, el mes de agosto ya raíz de una presunta violación a una mujer de 32 años cuando volvía a su domicilio, desde la concejalía de Igualdad se informaba de que ya se acumulaban ocho casos de violencia sexual en la ciudad en todo 2022.

El caso de la mujer que sufrió un presunto abuso en el Hospital fue uno de los que trascendieron a toda la prensa, no sólo local sino nacional, ante la gravedad de los hechos denunciados y, fundamentalmente, por el entorno público en el que se produjeron los hechos. Además, se daba la circunstancia de que en el propio Hospital ya se había registrado un caso anterior vinculado con un celador del centro sanitario. Fue justo un año antes, en mayo de 2021 cuando trascendió ese delito hacia una menor anestesiada. El celador pasó a disposición judicial e ingresó en prisión.

Las cifras del incremento de esta lacra social también vienen avaladas por los informes policiales que señalaban un aumento del 40% de los casos de delitos sexuales en Ontinyent durante el último balance de criminalidad de 2021 donde se llegaban a incluir dos violaciones registradas.