Ucranianos en Ontinyent: "Nos han dejado solos"

Mariya Danylo no puede dejar de mirar el móvil. Está pendiente de todo lo que ocurre en Ucrania. “Allí viven mis tíos y mis primos“. Cuando comienza a relatar lo que siente estos días se emociona. "Estamos muy preocupados". Es una mezcla de rabia por la invasión sufrida e impotencia por no poder hacer nada más. “Nos piden que seamos su voz, que denunciemos lo que está sucediendo”.

El sábado Mariya Danylo, responsable de la nueva tienda de Kamasana en Ontinyent transmitía estas sensaciones. Junto a ella su hermana Uliana y otra ucraniana más, Sorina, quien explicaba que temía por sus dos hermanos, puesto que “pueden ser movilizados por el ejército en cualquier momento”.

Algunos de sus amigos han logrado huir del país hacia el Este. Pero muchos están atrapados y no han logrado la frontera. “Nosotros vivimos en una zona más cercana a Rumania, por el momento está más tranquila. Esperamos que allí no pase nada”, añadía Sorina. Las tres están de acuerdo: "nos han dejado solos".

Hay una crítica velada en la posición de los países occidentales porque dieron un falso apoyo que no se ha concretado después de iniciarse la invasión. El empresario Cándido Penalba, casado con una ucraniana, con residencia en Kiev y muchos vínculos, también mostraba su malestar "porque se ha invadido un país soberano y democrático" y lamentaba que uno de sus distribuidores, Dimitri, se había quedado sin poder salir del país y no estaba con ellos compartiendo un momento importante como el de la inauguración de la nueva tienda Kamasana en Ontinyent.

En la ciudad, oficialmente, existente censados 38 ciudadanos ucranianos (16 hombres y 22 mujeres). Son más del doble que los 15 ciudadanos rusos registrados en el padrón municipal (de ellos, 4 hombres y 11 mujeres).

Incomodidad rusa

Algunos ciudadanos rusos con vínculos en Ontinyent manifestaban esta misma semana su "incomodidad" y "preocupación". Se trata, sobre todo, de gente de negocios, relacionados con empresarios de Ontinyent a los que les han trasladado su sensación de que esta situación “tendrá un precio muy alto tanto económico como reputacional” para ellos. Temen por la paralización de sus cuentas y operaciones bancarias, por el bloqueo de su actividad comercial.

Además, entienden que lo sucedido genera gran incertidumbre, ya que provocará problemas en el desarrollo de sus actividades empresariales.

Movilización

Mientras siguen el transcurso de los acontecimientos que cambian hora a hora, las tres mujeres ucranianas, que llevan años viviendo en Vall d'Albaida, piensan en movilizar su denuncia ante esta guerra. Están en contacto con otros compatriotas y siguiendo cualquier información. Quizás en los próximos días se concentraban en Valencia. En Ontinyent ya se ha convocado una concentración para este miércoles en la plaza de la Concepció, frente al edificio de Paduana, a las 21:00 horas para “rezar juntos un Padre Nuestro por la Paz en Ucrania".