El paraje más emblemático de Ontinyent, el Pozo Claro, es un reclamo poderoso para visitantes que llegan, sobre todo ahora en verano, a disfrutar del agua y el entorno. Pero también supone un peligro evidente, fundamentalmente para quienes no conocen a la perfección su orografía. La práctica de lanzarse al agua desde la altura de las peñas es un riesgo de incalculables consecuencias.
Una joven de 20 años, monitora de un grupo de fuera de la ciudad que se encontraba de visita el lunes, ha resultado herida grave, con una posible lesión medular, al lanzarse desde una de las peñas y colisionar contra una piedra en el agua. Según los testigos, tras sumergirse notaron que la joven tardaba en salir de nuevo. Un vecino se echó al agua para rescatarla. Según cuentan las mismas fuentes, una vez fuera del agua se quejaba de fuerte dolor, le costaba respirar y se encontraba aturdida por el impacto.
hasta el Pozo Claro se desplazó una ambulancia, una patrulla de la Policía Local y también de la Guardia Civil para instruir diligencias frente a un posible accidente laboral. La joven estuvo inmovilizada y trasladada al Hospital de Ontinyent donde, tras los primeros cuidados se decidió desplazarla hasta otro centro sanitario más cercano a su localidad de procedencia.
Los hechos han llegado, incluso, a la última sesión plenaria del Ayuntamiento ya que desde el grupo municipal del Partido Popular se ha pedido que se instalen más carteles o que se tomen las medidas de seguridad disuasorias adecuadas para evitar estas situaciones de peligro con la gente que se arroja desde las peñas. También esa misma semana un niño de 13 años cayó en las rocas y uno de los vigilantes del paraje le sacó hasta la zona del parking para, después, ser trasladado al Hospital General con fuertes dolores lumbares.