Un vecino del pueblo Nuevo volvía a su casa a las 5.30 horas de la mañana, cuando al girar la esquina, vio cómo, frente a su vivienda en la C/ Teixidors, su moto estaba quemándose. Sin pensarlo empezó a dar voces de alarma, porque el vehículo estaba pegado a la pared de la casa, con el peligro que ello conllevaba, y sus familiares salieron rápidamente. Apartaron la moto, como pudieron, y la tumbaron en medio de la calle, para impedir que las llamas fueran a más y también para evitar que el motor explotara.
Según fuentes consultadas, al lugar de los hechos acudía la Policía Local, que aconsejaba llamar a los Bomberos, pero los vecinos no querían demorar apagar el fuego de la moto y los policías utilizaron un extintor para sofocar las llamas, antes de la llegada de los Bomberos. “Habían echado algo dentro del depósito de gasolina para que se incendiara. Ha sido un susto muy grande y ahora el seguro no se hace cargo de este siniestro”, explican los afectados.
Este incidente no era el primero, ni sería el último que se producía durante la noche del sábado al domingo. En total, los actos vandálicos quemaron tres motos, una de ellas en el Mercado Municipal, que llegó a explotar y se quedó reducida a hierros.
A estos sucesos se sumaba la rotura de ventanas y de lunas en coches estacionados en Sant Rafel, pero principalmente en el barrio de Poble Nou. Uno de los puntos donde se cebaron los vándalos fue en el nuevo espacio de aparcamiento que se ha creado en la Calle Teixidors. Como explican las mismas fuentes: “Al menos rompieron los cristales de tres vehículos y extrajeron las pertenencias que existían en su interior, como la radio, rompieron cables, hicieron destrozos en general”.
Estos hechos están siendo investigados para ver si tienen relación entre sí o un hilo conductor común o no.