"Hemos conseguido hacer viable económicamente un proyecto tan complicado como las escuelas de música"

AD Libitum cumple este año 25 años. El tándem formado por Lluís i Toni está apoyado por un equipo de profesionales que han ayudado a construir una iniciativa ilusionante. Hablamos con Lluís Muñoz Ortiz, Codirector de la escuela de música.

Numéricamente, ¿cómo era AD Libitum cuando empezó y cómo es ahora?

“En 1997 decidimos sacar adelante una idea que, en un primer momento, estaba pensado para desarrollarlo en algunas de las entidades locales que ya existían, pero no fue posible. Por eso creamos nuestro propio proyecto. Lo cierto es que desde el principio tuvieron muy buena aceptación, con 250 alumnos, y al año siguiente creció y hemos mantenido el número en la capacidad máxima de la escuela, alrededor de 500 alumnos. De hecho, cuando abrimos las puertas, a los dos años tuvimos que hacer una ampliación en la planta baja de al lado. Ahora llevamos 20 centros que dependen unos de otros, tenemos 80 profesores, muchos de ellos a jornada completa o media vuelta, y un equipo directivo consolidado. Hemos hecho un niño que ha ido creciendo y ahora es el momento del que vuele”.

¿Cómo ha sido la evolución?

“Como empresa AD Libitum ha evolucionado más que una escuela de música, porque desde hace 15 años nos dimos cuenta de que no podíamos ir más allá y tener un proyecto educativo ambicioso en una escuela. Fundamentalmente, la razón es que las escuelas de música requieren de profesorado especializado en cada instrumento. Por tanto, a cada profesor le puedes dar una tarde o dos de trabajo, pero es impensable que tenga una jornada completa. La fórmula que aplicamos fue crear una red de escuelas que nos permitiera tener una plantilla a jornada completa sumando las clases en el conjunto de las escuelas, por lo que se pueden vincular al proyecto. Además permite rentabilizar los costes y hemos conseguido tener una oferta de calidad a precios competitivos y hacer económicamente viable un proyecto tan complicado como las escuelas de música. Alrededor de este núcleo hemos creado un círculo de actividades que se pueden organizar: contratación musical, organización de eventos, colonias de verano, metodología… todo sumado es lo que ha hecho mayor esta iniciativa y mantendré”.

¿Qué personas han sido claves para ti?

“Primeramente Toni Revert, por la complicidad que tenemos, por ser compañeros en este viaje, por conectar y tener las mismas inquietudes, apasionados por lo que hacemos y con parcelas de trabajo bien diferenciadas. Hace más de 25 años que tenemos amistad, compartiendo la afición por la música. Vimos que había una necesidad y nosotros podíamos realizar una aportación, porque en el mundo de la música todos quieren ser solistas. Nosotros decidimos escoger el camino de la pedagogía y estamos muy orgullosos. Nuestra complicidad ha hecho que estemos juntos más de 25 años y los que nos queden. Además de Toni, también he encontrado a personas en el camino que han querido continuar en nuestra compañía, han apostado por nosotros, y que nos han corroborado que el proyecto vale la pena, como Pedro Reig, Cisco Aparici o Àngels Muñoz, entre moldes otros”.

¿Se puede decir que el modelo de AD Libitum está reconocido fuera de Ontinyent?

Al principio no, pero ahora se reconoce cada vez más nuestro modelo. Manolo Tomás, que es una de las personas que ha hecho mucho por la educación musical, pone nuestro ejemplo allá donde va. Hacemos una gestión global y cerramos el círculo: nuestros profesores no sólo dan clase, están formándose continuamente y forman a otros docentes, además dan conciertos”.

¿De qué estás más orgulloso?

“Poder aportar a la sociedad y hacer que la gente disfrute de la música, no como finalidad, sino como herramienta educativa. Pero haber podido crear iMusi es una gran satisfacción. El germen de esta metodología propia nació hace más de 25 años, cuando Toni y yo empezamos a dar clases en la Unión Artística y todo era novedoso para nosotros. Si teníamos que reflejar lo que nos habían enseñado, no íbamos a ninguna parte. Nosotros empezamos a dar clases a dos profesores en el aula, que las clases fueron divertidas y trabajar con los colegios. Quisimos cambiar el método tradicional, pero no encontrábamos materiales para dar clase, así que hicimos nuestro primer libro Música activa.

Nuestra propia metodología iMusi hoy ya es una realidad y ya ha salido al mercado, sin embargo, hemos estado 10 años sufriendo, contagiando a la gente de esta forma de trabajar y hemos sido pioneros en toda España. Hemos aportado unos recursos pedagógicos motivacionales, un repertorio del siglo XXI y desarrollar una plataforma interactiva que desarrolle toda esta metodología y seguimos trabajando en su aplicación. Otros motivos de orgullo son la Orquesta Sinfónica Caixa Ontinyent, por ser un proyecto formativo de gran envergadura y haber creado la asociación cultural Todo por la música, que nace de una escuela de música”.