Las empresas de Ontinyent han sido, durante muchos años, grandes referentes en la industria textil. Sus empresarios han sido y son los máximos representantes del sector a nivel nacional y sus productos se comercializan a nivel internacional. Por eso, en Ontinyent también son muy conscientes de la problemática resultante del residuo textil. El ontinyentí Joan Gisbert es la persona que está detrás de Creavalo, una empresa que elabora mesas, bandejas, paneles decorativos, jarras y alfombras a partir de material reciclado, en concreto, de los restos de producción de piezas vaqueras. Una iniciativa que pretende dar una solución sostenible e innovadora y que arroja la primera colección en dos semanas.
Joan Gisbert estudió Ingeniería y Gestión Empresarial en EDEMA, la escuela de Juan Roig. Tras una experiencia Erasmus en la que colaboró con una empresa que reutilizaba las pieles de las naranjas, empezó a idear el proyecto. “Me di cuenta de que quería hacer algo relacionado con la sostenibilidad y, además, tenía el TFG a la vuelta de la esquina, así que quise centrarme en esta cuestión”, explica. Junto a su padre, Juan, empezó a llamar a las puertas de gestores de residuos e investigar la cuestión del residuo textil. “Tuvimos la suerte de conocer lo que ahora es nuestro socio estratégico. Tenía muchos años de experiencia en el mundo de la sostenibilidad y la innovación. Congeniamos muy bien y ahora forma parte de nuestro equipo” explica el ontinyentí. Los contactos se han ampliado, uno de ellos con el estudio de diseño Odosdesign, encabezado por el ontinyentí Luis Calabuig, algo que hace aún más autóctono este proyecto. La idea empezó a germinarse a finales del 2022, pero fue hace justo un año cuando nació Creavalo. Ahora, el próximo 1 de marzo lanzarán a la venta su primera colección cápsula. Lo hacen de la mano de Punt Mobles, una empresa de fabricación de muebles valenciana. Así, en 15 días lanzarán este cobranding, ofreciendo los productos de Creavalo a través de la página web de Punto Muebles.En Creavalo no sólo trabajan con el vaquero, sino también con otros materiales como los residuos de sábanas, tapicería de automoción o cuero. Materia prima que mayoritariamente procede de las sobras de fabricación. Y aunque la primera colección aún no ha salido al mercado, la empresa ontinyentina ya mira hacia el futuro. "Por supuesto, estamos pensando en una segunda, en una tercera y en una cuarta colección", afirma Gisbert y añade.