El estacionamiento, la asignatura pendiente del Pou Clar

Como cada año, al llegar la temporada estival, el aparcamiento irregular de coches se evidencia como el punto débil del Pou Clar. Los visitantes no entienden de zonas aptas y otras prohibidas, por lo que estacionan sus vehículos allí donde les apetece. Es el talón de Aquiles de un paraje natural que, a pesar de las medidas restrictivas aplicadas este año por el Ayuntamiento de Ontinyent, sigue haciendo que hablar.

Este verano está prohibida la entrada de cualquier alimento, así como de botellas de vidrio en el recinto de baño. Cuando familias de fuera llegan al Pou Clar con ganas de pasar un día al aire libre a coste cero, se encuentran con los vigilantes prohibiéndoles la entrada con las neveras, mesas y sillas. “Esta medida está funcionando muy bien, puesto que provoca que vengan menos turismos y, de esta forma, se evita la masificación. Es cierto que los fines de semana están muy concurridos, pero la presión demográfica respecto al año pasado ha descendido considerablemente”, explica la concejala de Medio Ambiente, Patricia Folgueras.

La problemática del aparcamiento irregular “es nuestro reto. Trabajaremos para evitar que se estacione daño. Es un problema que se centra principalmente en los fines de semana. Estos visitantes no respetan los espacios de aparcamiento y la Guardia Civil y Policía Local hacen lo que pueden. El Ayuntamiento pone a disposición de la Benemérita el servicio de grúa para que quiten los obstáculos de la vía pública. Sin embargo, los caminos perimetrales del Pou Clar están más tranquilos que años anteriores”, manifiesta Folgueras.