Una ontinyentina viaja casi 8.000 km hasta Nepal para formar a los locales en el área de fisioterapia

A principios de enero, Lucía Vidal Otero cogía un vuelo con destino Nepal. Una aventura que tenía como objetivo llevar a cabo un proyecto de cooperación en este país, a través de 'Fisios Mundi' y colaborando con las fundaciones 'Si Asha' y 'Familia de Hetauda'.

Estas entidades trabajan para dar recursos a personas con parálisis cerebral, síndromes cromosómicos, autismo y discapacidad intelectual a lo largo de las siete provincias del país y acaba de inaugurar una nueva escuela y un centro ocupacional en Katmandú. En esta escuela y centro, en la capital de Nepal, es donde esa fisioterapeuta ontinyentina se encuentra actualmente. “Mi trabajo se basa en la formación del personal local, concretamente de la chica que se va a encargar a partir de ahora del área de fisioterapia.

El objetivo es que no dependan de nosotros (los cooperantes). Así aportamos los conocimientos necesarios para poder continuar el proyecto”. Lucía ya tenía experiencia anterior trabajando como fisioterapeuta en centros ocupacionales y aunque cree que las necesidades respecto al tratamiento son las mismas en España que en Nepal, “mantener y aumentar la calidad de vida y asistir para que las personas puedan ser lo más independientes posible”, sí admite que existen ciertas diferencias. Para ella, éstas residen en “la falta de un abordaje específico a temprana edad, lo que dificulta una evolución más favorable”.

Falta de recursos

La cultura es un factor muy determinante. Así, explica que el estigma y la falta de ayudas hace que en Nepal un gran porcentaje de personas con diversidad funcional no haya recibido nunca ninguna educación ni tratamiento, o que éste no haya sido especializado. “Las creencias religiosas y el desconocimiento por lo general provocan exclusión y discriminación hacia estas personas” cuenta la ontinyentina, e incide en que aunque nuevas leyes en el país están enfocadas a cambiar esta situación, “el apoyo real es escaso. Por parte de la administración pública no existen centros que proporcionen una atención especializada, así que las ONG trabajan para que puedan seguir evolucionando”.

Por eso piensa que "el papel del voluntario es más enriquecedor cuando ofrece recursos a largo plazo, en este caso empoderando con conocimientos". Para Lucía Vidal, esta experiencia es un aprendizaje continuo. “Sigue sorprendiendo, dentro del marco cultural, la discriminación respecto a género, castas (clases sociales) y condición. Problemas o situaciones que no nos planteamos a nuestro entorno más cercano, adquieren otras dimensiones en países en desarrollo” reflexiona la fisioterapeuta.

Los motivos que le hicieron unirse al proyecto que 'Fisios Mundi' está desarrollando en Nepal es, entre otros, el trabajo por la inclusión en el mundo laboral de las mujeres, que trabajan en esta escuela y centro ocupacional; la oportunidad de desarrollarse que se le da a todas las personas atendidas en estos centros y el hecho de que esto siga sin una dependencia directa de los voluntarios de la ONG.

En definitiva, lo que mueve a esta joven, desde Ontinyent hasta Katmandú, no es nada menos que “seguir nutriéndonos bidireccionalmente y trabajando por la inclusión”.