Ontinyent ha puesto en marcha un servicio piloto de préstamo de bicicletas eléctricas y la ciudadanía ha respondido pidiendo ampliaciones de este servicio en muchos puntos del municipio. "Está teniendo muy buena acogida, pero debemos ser conscientes de que es una puja a una empresa y el contrato tiene unas limitaciones", recuerda Sayo Gandia, concejala de Sostenibilidad. Gracias a la aplicación, se dispone de datos del perfil de los usuarios. De estas se extrae que la edad está muy repartida: se utiliza desde los 16 años hasta los 80, con un predominio por parte de las personas de mediana edad.
"Lo que haremos es una pequeña ampliación de los aparcamientos en puntos muy solicitados, en los que a hora punta no hay espacio para dejar las bicicletas", expone Sayo Gandia, quien recuerda que se trata de una prueba piloto, de forma que se requiere un tiempo para conocer la funcionalidad y los usos del servicio, valorarlos y tomar medidas “con toda la información sobre la mesa”. Así, en septiembre se ha realizado la valoración del servicio con la empresa. Una valoración de la que se han extraído algunas problemáticas, como el hecho de que en ocasiones las bicicletas se quedan sin carga. Otra incidencia reside en que falta ampliar los aparcamientos para tener mayor disponibilidad de plazas. Además, han pedido la reposición de las bicicletas en caso de que se rompa alguna, de modo que la empresa tenga bicicletas en stock y el reemplazo sea inmediato. Por otra parte, en algunos puntos, como en la universidad, se había detectado una falta de señal wifi y se ha solucionado con la instalación de una antena de ampliación de wifi en ese punto y en otros donde existía la misma problemática. "La empresa está dispuesta a mejorar el servicio con las propuestas que hacemos porque Ontinyent ha sido líder en este sistema", afirma la concejala. Por tanto, se quiere consolidar el servicio a la ciudad y exportarlo a otros municipios interesados en implantarlo.