Recién llegados a Bali, la isla de los dioses, echamos la vista atrás, tan sólo un mes, y parece increíble todo lo que hemos vivido.
A principios de mayo, aún en Myanmar, realizamos un trayecto en tren, cruzando el vertiginoso viaducto de Goteik. El trayecto mayormente es realizado por gente local, monjes y vendedores ambulantes, así que podéis imaginaros lo pintoresco que es. Visitamos la preciosa ciudad de Mandalay y conversamos con jóvenes monjes budistas que quieren practicar su inglés. Al día siguiente visitamos las antiguas ciudades de Amarapura, Sagaing e Inwa, acabando la jornada con un hermoso atardecer sobre el puente de teca más largo del mundo.
Cerca de Mandalay, se encuentran las ruinas de Mingún, donde está la monumental e inacabada pagoda Mingun Pahtodawgyi. La leyenda cuenta qué, al poner el último ladrillo, el reino de Birmania acabaría. Así que los constructores no se esforzaron mucho en acabarla, hasta que murió el rey que la mandó construir, quedando paralizada la construcción desde entonces. Esta pagoda tiene el récord mundial de ser la mayor pila de ladrillos del mundo y aparte de estar inacabada, se encuentra muy afectada por los terremotos de 1838 y 2012.
En las mismas ruinas, también se puede visitar la campana de Mingún, la segunda mas grande del mundo después de la del Kremlin, y la más grande en funcionamiento ya que la rusa está rajada y no es operativa. Nos enamoró la hermosa pagoda Hsinbyume, toda de blanco, con formas ondeantes que representan el monte sagrada Meru, y que fue construida en honor a la princesa del mismo nombre, la cual murió al nacer su hijo.
Tras un otro trayecto en bus, llegamos a Bagan.
Bagan es un lugar único en el mundo, fue la antigua capital de varios reinos en Birmania y en ella se construyeron alrededor de 4000 templos.
Durante 3 días, exploramos con e-bike (moto eléctrica) el increíble valle de Bagan, a lo Indiana Jones, por senderos llenos de arena y templos budistas, en el que disfrutamos de amaneceres y atardeceres inolvidables. Finalmente, tras el último trayecto en bus nocturno, ya en Yangón, nos despedimos de Myanmar con arte callejero, pagodas llenas de peregrinos budistas y un curioso parque de atracciones abandonado.
A mitad de mayo pusimos rumbo de nuevo a Tailandia, esta vez para reunirnos con nuestros amigos. Con ellos recorrimos la ajetreada y loca Bangkok. Ellos tuvieron la oportunidad de comer su primer Pad-thai y de postre no pudieron faltar postes tan tradicionales como el Mango Sicky Rice o el roti de banana y leche condensada. De camino al norte, paramos en Ayuthayya y exploramos el parque arqueológico con moto. Tras 8 años desde nuestra última visita, nos pareció que había grandes cambios en la ciudad. Finalmente cogimos el tren nocturno de camino a Chiang Mai, forma ingeniosa de aprovechar tus horas de sueño.
Callejeamos Chiang Mai, sus templos, sus mercados nocturnos e hicimos una excursión para visitar tres de los templos más importante de Chiang Rai: el impactante Templo Blanco, el colorido Templo Azul y la curiosa Casa Negra. Todos son obra de artistas locales que han situado a Chiang Rai en el mapa de visitas imprescindibles de Tailandia. Les enseñamos a nuestros amigos nuestros sitios de comida favoritos, y éstos cargaron sus mochilas de souvenirs.
Tras un vuelo y un ferri, le dedicamos tiempo a las islas exóticas de Koh Phi Phi. Fueron días de relax, de momentos divertidos bajo palmeras llenas de cocos y con excursiones en “longtail”, el barco típico tailandés, para conocer sus playas más secretas y su fondo marino. Nuestro alojamiento estaba en medio de la auténtica selva, con vistas al mar, pero a 15 minutos caminando de la principal calle de la isla. Allí aprovechamos para ver combates de Muay Thai entre locales, e incluso entre voluntarios que recibían una buena cerveza a cambio de su valentía.
Tras la despedida de nuestros amigos, pusimos rumbo a Koh Lanta y Krabi, donde recuperamos fuerzas tras 2 semanas intensas enseñando Tailandia a nuestros compañeros. Allí pusimos punto y final a nuestra tercera visita del año a Tailandia y continuamos con más aventuras por otros increíbles países. ¡No os perdáis nuestras aventuras por tierras indonesias!