Se acerca el final del viaje, y tras el buen sabor de boca que nos dejó Nueva Zelanda, volvemos a Filipinas para descansar en una de las mejores islas para relajarse. Siargao, el paraíso surfero, donde pasamos una semana disfrutando de la vida local, las fiestas nocturnas y, por supuesto, mejorar nuestro nivel de surf.
Allí coincidimos con nuestra amiga M. Alonso, que actualmente se encuentra viviendo en Australia y la cual disfrutaba de sus merecidas vacaciones en Filipinas. Recorrimos la isla entera con nuestra scooter en busca de las mejores olas y visitando las maravillas naturales que la isla de las palmeras tiene escondidas.
Tras haber recargado las pilas completamente, pusimos rumbo a Taiwan. Allí también nos visitó nuestra amiga A. Nadal, con la que hicimos un gran recorrido por la isla. Empezamos en Taipei, con un free tour que nos ayudo a entender la complicada situación en la que se encuentran actualmente respecto a su independencia de China. Dedicamos también alguna noche a visitar su PartyWorld, un edificio de 14 plantas dedicadas al karaoke, con comida y bebida gratis.
Más al norte, visitamos el pueblo de Jiufen. Aldea montañosa pero con vistas al mar, cuyos atardeceres te dejan sin aliento, y donde perderte por sus callejuelas llenas de puestos comerciales.
En Taichung visitamos el museo del terremoto, un antiguo colegio, o más bien las ruinas que quedan de él, donde conocimos los estragos que este fenómeno natural pueden provocar, y las medidas actuales se han adoptado para minimizar sus consecuencias. Esa misma noche vivimos en nuestro hotel un “pequeño” terremoto de 5,9 grados!
En Wanjin visitamos a un familiar religioso que lleva 40 años viviendo allí, y no pudo ser mejor experiencia la que pasamos con la gente local y su gratitud. Tainan y su mercado nocturno de flores, Kenting y sus playas, Kaohsiung y su estanque de loto… experiencias inolvidables vividas con la mejor compañía.
Pero llegó el día, y tras todo lo vivido, tuvimos que volar de vuelta a Europa. Pudimos pasar aún tres días en Atenas, donde nos reencontramos con la familia. Un reencuentro emotivo en el aeropuerto que marcaba el final de nuestra aventura.
Al final, 10 lugares han sido nuestra “casa” durante estos 6 meses y medio: Tailandia, Filipinas, Singapur, Vietnam, Myanmar, Indonesia ( Bali y Komodo), Australia (escasas horas en Sidney), Nueva Zelanda (isla sur), Taiwan y Grecia.
6 meses y medio, 197 días, 28 vuelos, miles de kilómetros en moto, decenas de trayectos en trenes (incluso nocturnos), otros tantos en bus, 4670 km en campervan, ferrys de todo tipo, bangkas, longtails, jeepneys, triclycles, taxis compartidos, tuk-tuks, metro, grabs… noches en alta mar, otras observando las estrellas, durmiendo en cabañas, en casa de locales, en hostales, en apartamentos, otras en hoteles, en un homeexchange, alguna noche en hotel de lujo y otras en hospitales y hasta varias en una cápsula espacial…
Mucha gente considera una locura, un sueño inalcanzable, una valentía, una gran aventura, una decepción, una millonada… Era lo que queríamos hacer y lo hemos hecho. No hay nada mejor que decidir que hacer en tu vida, porque es TU VIDA, no hay reglas marcadas, no hay nada escrito, eres tú y tus decisiones. Para hacer esta maravilla de viaje, tuvimos que ahorrar y tomar decisiones; nuestra familia y amistades nos apoyaron, si embargo, otros nos decepcionaron con segundas intenciones. No obstante, estamos seguros que ha valido la pena cada minuto, cada historieta, cada euro gastado en el viaje… hemos vuelto ricos en experiencias, en vivencias, en momentos importantes de nuestra vida.
Nos sentimos muy agradecidos por todos aquellos que nos han acompañado durante el viaje, tanto a nivel de redes sociales y mensajes, como a aquellos que estuvieron en el terreno, con nosotros, formando parte de él, sin ellos no hubiera sido lo mismo.
Porque para nosotros ESTO ES VIAJAR, es construir momentos, cumplir sueños, crear ilusión, emocionarse, disfrutar de nuevos retos, construir recuerdos inolvidables, sentir que existes cada segundo de la vida…
Mil gracias
La crónica final del viaje de Ángela y Quique la puedes encontrar en su blog This Is Travel.