Es el barrio de trazado medieval de la ciudad, el origen urbano de la población, y un grupo de gente, mayoritariamente joven, se ha animado a coger las riendas de la Asociación Vecinal de la Vila. A la cabeza, su nuevo presidente, Bernardo Revert.
– ¿Por qué decidió dar el paso para presidir el colectivo vecinal de la Vila?
– “Somos un grupo de gente mayoritariamente joven, que tenemos ganas de trabajar por el barrio, de hacer cosas nuevas y atraer a toda la gente de Ontinyent y alrededores para que lo conozcan. Queremos intentar que la Vila no se pierda, que no se acabe y que cada día esté más bonita, sin perder la esencia de sus calles. Tanto yo como mi equipo sabemos que no será tarea fácil, porque hay mucho trabajo que hacer, pero sabemos que entre todos saldremos adelante”.
– ¿Pensaba que surgirían elecciones, en un barrio escasamente poblado?
– “Nunca había pasado que dos personas quisieran presidir la asociación, hasta el punto de llegar a elecciones. Nuestra candidatura estaba centrada en las personas, en ayudar a la gente del barrio por encima del patrimonio y creo que eso es lo que se ha reconocido en las urnas. El resultado fue de 27 votos para nuestra candidatura y 22 para la otra”.
– ¿Cómo es la vida en el barrio?
– “La Vila es un barrio muy tranquilo, que mantiene la esencia de pueblo, con calles adornadas con plantas. Cuando llega el verano sacamos las mesas a la calle, para cenar al fresco y compartimos conversación entre vecinos. Aunque es verdad que cuando son las fiestas del barrio, le falta más vida y por eso nos gustaría potenciarlas”.
– ¿Qué momento vive la asociación?
– “Queremos mantener la línea de trabajo de la anterior junta, a la cual estamos muy agradecidos por su labor. Nuestra idea consiste en captar un mayor número de socios, ampliar los actos… emprender iniciativas que fortalezcan a La Vila. En la actualidad son 250 vecinos los que residen aquí y tenemos unos 50 socios. Nos gustaría incrementarlos”.
– ¿Qué actividades le gustaría potenciar?
– “Todavía estamos estudiando de qué manera revitalizar la actividad, pero una de las primeras ideas consiste en realizar una carrera por el barrio. Veremos si somos capaces de lograrlo y de que tenga aceptación”.
– ¿Cuál es la prioridad por la que empezarán a trabajar?
– “Vamos a habilitar un buzón para recoger las quejas vecinales. Por ejemplo, si han presentado una estancia en el registro de entrada del Ayuntamiento y no han tenido respuesta o no es satisfactoria, podemos intermediar entre las dos partes, para solucionarlo entre todos. Otra de las asignaturas pendientes en la situación de las casas, que requieren rehabilitaciones, derribos y en cualquier caso que vuelvan a estar habitadas”.
– ¿Cómo valora la reurbanización del barrio en los últimos años?
-“En los últimos tiempos se ve una clara apuesta del Ayuntamiento de Ontinyent por La Vila y eso se puede ver cuando caminas por las calles, pero también en lo que no se ve, porque entre otras cosas han renovado las tuberías. También se ha actuado en casas en ruinas. Recientemente han urbanizado la subida a Santa Maria y estamos expectantes para ver cómo se desarrollan otras actuaciones como la que se llevará a cabo en la calle Roses, con la habilitación de un paseo y la revalorización de la muralla, además de la construcción de viviendas. Actualmente es una zona muy degradada, con peligro de derrumbe, en la que esta misma semana nos han dicho que comenzarán a actuar en breve. Toda esta apuesta de la administración local se traduce en el interés de personas por comprar casas en el barrio. Ha sido un cambio radical y nos gustaría que se siguiera trabajando así”.
– En este sentido contribuirá a aumentar el vecindario la construcción de nuevas viviendas.
– “Por supuesto. Nuestra esperanza es que entre la construcción de vivienda social y el punto de inflexión que se ha producido en la compra-venta de casas, se pueda dar vida al barrio, que es una de las asignaturas pendientes”.
– Uno de los puntos polémicos que afecta al barrio es la instalación de un ascensor, ¿qué opina al respecto?
– “Por lo que sabemos, el ascensor forma parte de un proyecto más amplio, donde también se contempla la rehabilitación de la muralla, y que está aprobado. No hay vuelta atrás. Nosotros esperamos que el ascensor ayude a hacer más cómoda la vida en el barrio para el vecindario, sobre todo pensando en el aparcamiento. Lo que más nos preocupa es el vandalismo, sobre todo cuando sean las celebraciones del Bou en Corda o cuando haya alguna celebración en el solar de Tortosa y Delgado. En ese caso, estudiar si se puede cerrar para preservarlo de los destrozos y hacer un llamamiento a la ciudadanía para que se cuide”.
– Entonces, aparcamiento y circulación son también demandas de La Vila.
– “Muchas veces nos peleamos por aparcar, además desde que han cortado el Pont Vell la circulación para acceder al barrio se ha complicado bastante. También nos preocupa que cuando hay alguna fiesta y se cortan los accesos a La Vila, no puede pasar ni una ambulancia. Esta circunstancia la estamos hablando con el Ayuntamiento de Ontinyent, para ver si fuera posible habilitar una salida y entrada de emergencia, en la Plaça de Baix. Otra carencia es la zona verde, así que mientras se arregla el parque, propondremos una alternativa”.