¡¡¡Ya estamos en primavera!!! Es increíble lo rápido que pasan los meses, sin darnos casi cuenta ya estamos finalizando marzo.
No tenía muy claro que receta publicar para estas fechas pero teniendo en cuenta que acaban de pasar las fallas y pronto nos metemos en Pascua creo que he acertado con la elección de este mes.
¿A quién no le gustan unas ricas torrijas? A mí sin duda me encantan, no las hago muy a menudo porque son bastante calóricas pero de vez en cuando sí que caen.
Son muy fáciles de hacer, económicas y están ummmmm, en un plis plas las tienes listas.
Apunta que allá voy:
- Pan del día anterior
- Leche
- 1 huevo
- Azúcar
- Canela
- Canela en rama
- Piel de 1 limón.
- Aceite suave para freir
Antes de nada diré que toda la vida las he hecho mojándolas directamente en la leche pero desde que probé a infusionarla están todavía más buenas.
Con esta cantidad salen unas 6-7 torrijas.
En primer lugar ponemos al fuego un vaso y medio de leche junto la piel del limón y la canela en rama.
Calentamos unos minutos para que la leche coja el aroma y el sabor del limón y la canela.
Apartamos del fuego y dejamos templar.
Mientras se enfría cortamos el pan en rodajas de 1 dedo y medio o 2, depende como nos guste. Batimos un huevo y en otro plato preparamos papel absorbente para escurrir una vez fritas.
También preparamos azúcar y canela en polvo para rebozar las torrijas después de freírlas. Ahora sí, pasamos las torrijas por la leche tibia (no debe estar caliente) y luego por el huevo, freímos en abundante aceite caliente, 1 minuto por cada lado y dejamos escurrir en el papel.
Pasamos por el azúcar y la canela y ya se pueden comer. Cómo veis podéis ‘tunearlas’ como queráis y como a mí el chocolate me pierde a veces le echo sirope o incluso Nocilla.
¡¡¡Que aproveche!!!