Aunque parezca raro, también suena a sincero cuando lo expone. Echará de menos los kilómetros de coche por las carreteras de la comarca. Echará de menos a compañeros de trabajo. Pero, sobre todo, echará de menos a familias. Y, por encima de todo, echará de menos a sus alumnos. Porque Ramón Vidal no volverá a las aulas de Terrateig, Montitxelvo o Rugat el próximo curso. No podrá hacerlo porque le ha salido nueva ocupación, al menos, para los próximos cuatro años. Este maestro de colegio rural agrupado ha cambiado oficialmente su vocación y profesión de docente por la de alcalde. Alcalde con mayoría absoluta. Alcalde del PP en la segunda población de la Vall. Casi contra corriente de los vientos políticos que soplan.
-En las locales se vota más a las personas que a las siglas, supongo. Lo digo por tratar de explicar una mayoría absoluta del PP en el contexto actual.
-“Aquí se ha votado a la persona. Y a las personas. A las que integran el equipo. Supongo que hemos obtenido el respaldo mayoritario de la gente porque somos un equipo renovado, con una persona nueva al frente. Nosotros sufrimos la factura que nos pasaron los casos de corrupción en otros ámbitos de nuestro partido. También, a nivel local, la fractura que tuvimos con la escisión en dos candidaturas del centro derecha en l’Olleria. Pero todo eso ya se ha superado y considero que se nos ha valorado el trabajo realizado desde la oposición, porque hemos mantenido una postura constructiva, apoyando los grandes proyectos que fueran beneficiosos para el municipio. Hemos estado junto al gobierno en las cosas importantes”.
-¿Y por qué lleva l’Olleria tres años sin presupuestos municipales?
-“Nosotros siempre hemos estado a favor del diálogo y de llegar a consensos, pero no ha existido la fluidez suficiente entre gobierno y oposición para llegar a acuerdos que sacaran adelante los presupuestos. Y eso que no se contaba con una mayoría suficiente”.
-¿Y qué estilo tendrá Ramón Vidal? ¿Qué clase de alcalde quiere ser?
-“Precisamente lo que quiero es llegar a grandes consensos. Y me gustaría tener el apoyo de todos en los grandes proyectos para l’Olleria. Cuento con el PSPV y con Compromís para trabajar juntos y traer el máximo de inversiones de otras administraciones. En cuanto a mi estilo, quiero ser un alcalde próximo, accesible, que escuche a la gente y que intente solucionar sus problemas. Intentaré ayudar al máximo de gente como me sea posible. Y siempre trataré de trabajar en equipo. No quiero tener un carácter autoritario. Quiero ser un alcalde de consensos, primero con mi propio grupo y después con los demás partidos de la corporación”.
-¿Cuáles van a ser sus primeras medidas como alcalde?
-“Lo primero entrar y ver. Hablar con los funcionarios. Saber qué se ha hecho, cómo están las arcas públicas y los presupuestos prorrogados, qué se va a hacer a corto plazo. Y, después, ponernos en marcha. Si podemos, todavía aprobaremos un presupuesto para 2019, aunque el eje que marcará la hoja de ruta municipal será el de 2020. Queremos que sean unos presupuestos participativos, que el pueblo se implique más en las decisiones de envergadura como decidir algunas de las inversiones municipales. Y, progresivamente, intentar bajar los impuestos… pero esto cuando veamos el estado económico real del Ayuntamiento. Por otra parte, entre las prioridades están incrementar las medidas de seguridad en la Avinguda Diputació y reformar las instalaciones del Polideportivo. Estas dos últimas cosas son bastante urgentes”.
-¿Y su proyecto estrella para esta legislatura?
-“Hombre, todos los partidos políticos lo teníamos en nuestro programa: el auditorio municipal. Pero sabemos que será una infraestructura de largo recorrido que necesita terrenos, proyecto técnico, licitaciones, etc. Ojalá podamos iniciarlo durante estos próximos cuatro años”.
-¿Cree que le puede pesar a l’Olleria tener un signo político diferente al que gobierna la Diputació o la Generalitat?
-“No debería repercutir. No me gustaría. Espero que no porque l’Olleria merece lo que le pertoque, y si puede ser algo más, mejor. El dinero se ha de repartir de manera equitativa según las necesidades de cada población y no según el clientelismo político de unas siglas o de otras. Personalmente no voy a tener ningún problema con desplazarme a València de la mano de los concejales del PSPV y de Compromís para visitar otras administraciones. Si ellos van a ser interlocutores e intermediarios, perfecto. Ellos van a tener mucho que decir respecto a nuestras relaciones con Generalitat, Diputació o Mancomunitat porque tienen mayorías en todas ellas. De su mano, por ejemplo, podemos conseguir la ampliación de las escuelas Sanchis Guarner, algo en lo que todos los partidos estamos de acuerdo”.