35 años. Debutante como cabeza de cartel. Nunca antes nadie había conseguido en Bocairent tanto apoyo. Nunca antes ningún alcalde, ni siquiera de los de las cosechas de mayoría absoluta, alcanzó las 1.831 papeletas y el 67,5% de respaldo en unos comicios locales. Lo hizo Xavi Molina el pasado 26 de mayo. A las primeras de cambio. Subiendo el escalón desde la concejalía de Cultura y Juventud a la nominación como alcaldable. Él se autodefine como prudente y tal vez un poco pesimista, por puro tacticismo, ante los buenos augurios que le llegaban. Pero rompió todos los moldes.
– ¿Y qué siente uno al ser el alcalde más votado en la historia de su pueblo?
– “El resultado es tan amplio como exigente. Y por tanto lo que primero experimenté fue el agradecimiento, pero después, de manera inmediata, la responsabilidad de responder a esa confianza. Detecto ilusión y ganas en esta nueva etapa. Trato de contagiar, precisamente eso. Y detecto también una reciprocidad en el tejido social, en los trabajadores municipales, en los compañeros del grupo…”.
– ¿Y por qué su primera actuación como alcalde, ya con la vara de mando en mano, fue pasar un rato con los ancianos de la residencia?
– “Por lo que significa. Reencontrarme con nuestros mayores, a quienes les debemos tanto, mostrarle mis respetos y, también, porque quiero que esa sea nuestra apuesta: la prioridad serán las personas que más necesiten del Ayuntamiento. En todo caso fue una visita discreta y a título personal”.
– Y ellos, ¿cómo reaccionaron?
– “Con sorpresa, algunos, al ver que el alcalde es una persona tan joven para ellos. Les dije que esa visita no sería excepcional, que la repetiremos tanto como podamos en estos años”.
– Perdón por la impertinencia pero, ¿hubiera alcanzado tanto récord de haber estado en marcha las obras de la Plaça antes de las elecciones?
– “Las obras siempre son molestas y necesarias. Y más en un lugar emblemático como es la plaza del Ayuntamiento donde todo sucede, pero no hemos retrasado su inicio. Las gestiones administrativas no se pudieron desbloquear hasta hace poco y, encima, hay que ejecutarlas en cuatro meses porque tenemos que justificar una subvención. Sabemos que afecta a algunas fiestas y la empresa se ha comprometido, para el Panellet y Sant Agustí, a que, al menos, esté acabada la parte central, el ‘rotgle’ y se puedan desarrollar las danzas como todos los años”.
– ¿Qué le debe Xavi Molina al alcalde saliente Pepe Ferre?
– “Me queda la admiración por su capacidad absoluta de trabajo en el Ayuntamiento, sin dejar su profesión como inspector de educación y sin desatender sus cargas familiares. Y en Bocairent nos quedan muchas obras y mucha labor. Su huella es extensa. Suya, por ejemplo, es la gran gestión económica que nos permite heredar un ayuntamiento sin deudas. Y haber impulsado el turismo y la cultura con iniciativas de todo tipo como el Museo Antonio Ferri o les Covetes. O haber puesto en marcha la Escoleta Municipal Infantil. O la residencia de la tercera edad. Y, por encima de todo, haber demostrado que se puede ser un alcalde de todos y todas, con independencia de quien te haya votado”.
– Después de esa herencia, ¿qué le queda por delante al nuevo alcalde y a la nueva corporación?
– “Mucho, por supuesto. Dos líneas de trabajo por delante: a corto/medio plazo con todo lo que está previsto, pero, fundamentalmente, a largo plazo. Tenemos que definir el Bocairent de la próxima década. Y eso lo haremos a través de una nueva concejalía de Planificación Estratégica, desarrollando un Plan Estratégico. Es lo que denominamos el Horitzó 20/30. Primero tendremos que observar nuestra realidad: el descenso demográfico, el envejecimiento de la población, el éxodo de los jóvenes, el modelo productivo de nuestra economía local, la planificación de infraestructuras que hemos trazado… y, posteriormente, aplicar las medidas adecuadas para diseñar el pueblo que queremos ser en el futuro”.
– ¿Le servirá en esta etapa haber sido un hombre de teatro?
– “Sí, sobre todo para seguir dinamizando la cultura y ponerla en el primer plano de las actividades del municipio. Uno de nuestros objetivos será lanzar nuestra candidatura para ser capital cultural valenciana y que Bocairent sea la sede de un evento de artes escénicas”.
– ¿Cómo le gustaría salir por la puerta del Ayuntamiento el día que tenga que abandonar el cargo?
– “Me gustaría hacerlo de la misma forma que he entrado, mirando a la gente a los ojos, tranquilo y sereno. Seguro que en este tiempo cometeré errores. Ojalá sea capaz de admitirlos y de saber explicarlos, con humildad. Ser alcalde supone tener una dosis extra de dedicación y de ejemplaridad”.